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Blogs de autor

Los actores son un asco

Por 2 de septiembre de 2008 Sin comentarios

Javier Rioyo

Así se llama un divertido libro, una paródica novela, de uno de los mejores guionistas de Hollywood en sus mejores años, Ben Hecht. No hablaré de él, a pesar de robarle el título -como ayer hice con ese otro libro de una vieja amistad literaria, y personal, que se llamó Juan García Hortelano, otro día habrá "modo"- lo que quiero es reflexionar sobre lo acertado del título. Ciertamente los actores son un asco, como los músicos, los críticos, los novelistas, los dentistas o los periodistas. Muchas profesiones son un asco porque quienes las representan lo son. ¿Y los bancarios? ¿O los taxistas, farmacéuticos, policías, cocineros, políticos o camioneros? Ciertamente el ser humano muchas veces es un asco. Se salva porque otras veces no lo es. También hay actores que no son, o no parecen, ser un asco. Así pensé hace un rato de Benicio del Toro. Estuve media hora a su lado, hablamos un poco en público y un poco más en privado y me pareció más inteligente, cálido, listo e interesante que la media de los actores. Y confieso que he conocido a unos cuántos. Tengo un amigo que estuvo con Benicio unas horas. Incluso una amiga que también estuvo otras horas. Los dos, por razones diferentes, hablan muy bien de uno de los actores más admirados y queridos del momento.

/upload/fotos/blogs_entradas/benicio_del_toro_por_su_interpretacin_del_che_med.jpgEs un buen actor. Un tipo de duro atractivo, de canalla encantador que da mucho juego. Es raro que estando en la cumbre, en esas alturas de los mitos que vienen de Hollywood, mantenga una cercanía tan fácil. Está a punto de estrenar El Che, es decir está a punto de ser la imagen que nos represente a esa otra imagen de uno de los mayores iconos del siglo XX, Ernesto Guevara.

Ahora se están publicando estudios, biografías y novelas críticas con la figura real del Che, se está mostrando su cara más negativa, su cara oculta, sus sombras. Es posible que haya que cuestionar todo aquella mitología de los años sesenta, éramos pequeños e ingenuos. Lo que no le podrán quitar al Che es su fotogenia. Eso se tiene o no se tiene.

Como a Benicio del Toro, seguro que descubriremos sus caprichos, sus manías, su lado insoportable, su divismo o sus carencias de cualquier otro lado moral o intelectual pero lo que nadie le podrá arrebatar es su fotogenia. Ese bien es algo que hace que tengamos que volver al espíritu de Ben Hecht, y después de mirarle, tendremos que convenir que los actores son un asco. No les puede salir gratis ser tan resultones y llevarse a todas las mujeres. Es verdad, que a pesar de las apariencias, los actores son un asco. Incluso si son como Benicio, dos ascos.

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Javier Rioyo

Javier Rioyo (Madrid, 1952) es licenciado en Ciencias de la Información. Periodista, escritor, director y guionista de cine, radio, televisión y dramáticos. Dirigió y presentó el programa semanal de libros Estravagario en TVE 2, con el que obtuvo el Premio Fomento a la Lectura 2005, concedido por la Federación del Gremio de Editores de España. También ha sido responsable de cultura y libros en el programa diario Hoy por hoy de la cadena SER. Es colaborador habitual de El País (escribe para el suplemento semanal Domingo) y de la revista Cinemanía. En televisión, Rioyo ha presentado el programa "El Faro" del canal Documanía y ha obtenido dos premios Ondas en Radio y uno en Televisión. Ha sido guionista de numerosos festivales de música para Canal+, así como de los premios Goya, y de diversos programas de radio y televisión. También coordinó los guiones para la serie Severo Ochoa. Ha dirigido y participado en cursos de Comunicación y Cultura en diversas universidades españolas. Formó parte del Comité Asesor de Alfaguara y ha sido jurado de festivales de cine y premios literarios en varias ocasiones. Es autor del libro Madrid: casas de lenocinio, holganza y malvivir (Espasa Calpe, Premio 1992 Libros sobre Madrid); y de La vida golfa (Aguilar, 2003). En 2005, con su productora Storm Comunicación, realizó la producción ejecutiva y el guión de Miracolo Spagnolo, un documental para la RAI sobre la llegada de José Luis Rodríguez Zapatero al gobierno y su primer año de legislatura. También dirigió y produjo Alivio de luto, un vídeo documental en el que entrevista a Joaquín Sabina; así como Un Quijote cinematográfico. En 1994 fundó la productora Cero en conducta, con José Luis López-Linares, con la que tuvo a su cargo el guión y la dirección de Alberti para caminantes (2003); y la producción ejecutiva y el guión del largometraje Un instante en la vida ajena (2003), que obtuvo el Premio Goya al mejor documental; así como de Tánger, esa vieja dama (2002). También ha codirigido con José Luis López-Linares el cortometraje Los Orvich: Un oficio del Siglo XX (1997), y los largometrajes Extranjeros de sí mismos (2001), nominado al mejor documental en la XVI edición de los Premios Goya; A propósito de Buñuel (2000); Lorca, así que pasen cien años (1998), nominado a los premios Emmy 1998; y Asaltar los cielos (1996), nominado a los premios Goya al Mejor Montaje, y ganador del Premio Especial Cine, de los Premios Ondas 1997.

En 2011 fue nombrado director del centro del Instituto Cervantes de Nueva York en sustitución de Eduardo Lago.​ Ocupó el cargo hasta septiembre de 2013, cuando fue sustituido por Ignacio Olmos.​ En 2014 fue nombrado responsable del centro del Instituto Cervantes en Lisboa.​ En febrero de 2019 deja el cargo y pasa a dirigir el centro de Tánger de la misma institución.

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