
Eder. Óleo de Irene Gracia
Javier Rioyo
Siguiendo la invitación de maría flor- sigo con sus minúsculas- hoy propongo otra lectura que me he encontrado buscando libros adecuados para viajar. El libro que leo no es adecuado, según su autor, pues es de un volumen algo mayor que el bolsillo habitual. Pero es un libro por el que merece la pena hacer una excepción. Y así se llega a uno de sus capítulos que da título a lo que nos hace escribir: Libros para el viaje. Son consejos del curioso de muchas literaturas y bastantes drogas, Aldous Huxley. Se llama "Si mi biblioteca ardiera esta noche". Hermoso título que me da escalofríos.
Se habla en él de arte, literatura, música y "otras drogas". Pero hoy, esta tarde, esperando un vuelo a Barcelona, en una cafetería de la madrileña terminal 4, antes de conocer la nueva terminal barcelonesa, me detengo en unas líneas de recomendaciones de Huxley. Yo no conseguiré hacerle caso, pero quizá otros sean más listos.
" Las cualidades esenciales de un buen libro de viaje son las siguientes. Tiene que ser una obra de tal tipo que uno pueda abrirla en cualquier parte y estar seguro de encontrar algo interesante, completo en sí mismo y susceptible de ser leído en breve tiempo.
Un libro que exige atención constante y esfuerzo mental prolongado no sirve para un viaje; cuando uno viaja, el ocio es escaso y está teñido de fatiga física, la mente está distraída y es incapaz de realizar esfuerzos dilatados.
Pocos libros de viajes mejores que una buena antología de poesía en la que cada página contiene algo completo y perfecto en sí mismo. Las breves pausas del trabajo que el turista autoinmolado se permite a sí mismo no puede ser más deliciosamente colmadas que con la lectura de poesía, que incluso puede aprenderse de memoria; porque la mente, a pesar de ser renuente a seguir una trama, obtiene placer ante la menor tarea de memorizar palabras melodiosas…"
Y sigue hablando de otros libros ideales para el viaje, ya no poéticos. Por ejemplo la "Vida de Jonson" de Bowell. O las " Máximas" de La Rochefoucauld. Me acuerdo de una: "Hay poca gente que sepa ser vieja". Por eso a los mayores nos sigue gustando la joven Susana.