Javier Rioyo
Una de las más emocionantes noticias últimas es la aparición en una casa mexicana de más de tres fotografías de Robert Capa, Gerda Taro y David Saymour. Fotografías del tiempo más apasionado y cruel de nuestra historia. Fotografías de la vida cotidiana en la Guerra Civil, en el frente y en la retaguardia, en los campos, los pueblos y las ciudades.
Robert Capa y, su compañera, Gerda Taro- elegante hasta para moverse entre las balas, elegante hasta la muerte que encontró un desgraciado día en el frente de Brunete- son dos de los más famosos e importantes fotógrafos de los muchos que por aquí estuvieron en aquellos días dónde la vida y la muerte se cruzaban demasiado.
Robert Capa, el más conocido de los fotógrafos de aquella guerra- o al menos tanto como Cartier- Bresson- encontró la muerte en otra guerra. En una que todavía no se llamaba de Vietnam, en la guerra de Indochina le esperaba una traicionera mina. Sus fotos son parte de nuestra historia, de nuestra memoria y de nuestras emociones. El seductor de Budapest, el atractivo y conquistador Capa, fue capaz de apurar la vida y saberla mostrar. También, o sobre todo, cuando la vida coqueteaba con la muerte. Algunos de los grandes fotógrafos tenían una especie de noviazgo con las guerras. Capa lo tuvo, jugó, ganó muchas veces y terminó perdiendo.
Dentro de poco podremos ver escenas inéditas de aquellos días, de aquellas gentes, de aquellos de los nuestros y del mundo entero, que pensaron que España sería la tumba del fascismo. Se equivocaron. Perdimos. Pero gentes como aquellos fotógrafos en tiempos de guerra nos permiten vivir de manera cercana los sueños, la lucha, la vida y la derrota de un tiempo y un país.
No sabemos cuál será la calidad de las imágenes que estuvieron casi setenta años esperando en una maleta. Fotos exiliadas en México. Recuperadas fotos del exilio. Una manera de recuperar las vidas rotas, dispersas, exiliadas.