Javier Rioyo
Esa era una canción de los Beatles. Una vieja canción que hace bastantes años usamos, sobre todo usaba Manuel Ferreras que era el director, conductor y cuerpo y alma de un programa de radio, uno más de aquellos tan recordados de los años 80. El programa se llamaba En días cómo éste y no contaré mucho porque hace tiempo que la nostalgia no es lo que fue. Sí recordaré que había una sintonía que parecía provocadora de Vinicius de Moraes porque con su voz tranquila, casi religiosa, hablaba de alegrías. Y entre otras secciones estaba la de un juez, antes de los jueces estrella, hablábamos con un juez progresista. Una suerte de pedagogía para demandar mejores jueces, mejor justicia. Para ir reclamando unos jueces que se desprendieran del franquismo legal y del sociológico, del franquismo mental. Eran los años 80.
Ahora he vuelto a recordar aquella canción de Beatles. No para cantársela al juez Del Olmo, ni ese juez murciano del que no quiero ni mencionar el nombre, nada más para recordar que los jueces no pueden imponernos moralidades que no deseamos. Que no pueden decidir sobre nuestra sexualidad. Que no deben restar nuestra libertad de expresión. Y que si todavía lo pueden hacer, si alguno lo hace, si alguno tiene la legalidad de su parte, es que algo funciona mal. Algo sigue enfermo en nuestras leyes, en quienes las aplican y en quienes tienen, tenemos que someternos a ellas. Ha sido demasiado largo y tortuoso el camino como andar con éstos retrocesos. Otra vez tener que soportarles. Una cosa es volver a cantar “hey jude” y otra bien diferente sería la canción de despedida que me gustaría cantarles.
Que vuelvan las oscuras golondrinas, las madreselvas o los nenúfares, que vuelvan los cursis, los horteras, el hombre o la minifalda, que vuelvan los Beatles…pero por favor, que no vuelvan aquellos jueces. Que no vuelvan aquellos tiempos. Nunca El Jueves ha sido mi revista, pero me pelearé para vivir en un país dónde existan revistas como esa. Lo del juez de Murcia y la madre lesbiana, eso es otra cosa. Eso es de juzgado de guardia para el juzgador.