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Fuera esos hombres de mis calles

Por 4 de junio de 2008 Sin comentarios

Javier Rioyo

Hace tiempo vengo quejándome de algunas cosas que nunca cambian. Treinta años después de la llegada de la democracia en España tenemos que seguir soportando vergonzantes nombres de algunas calles. ¿Cómo es posible que una de las más hermosas, y principales, calles de Santa Cruz de Tenerife se siga llamando General Franco? Alguien podría imaginar la calle Adolf Hitler en el centro de Berlín. También pensaba poner el ejemplo de Mussollini en mi querida Roma, pero tal como están las cosas en Italia y cómo es el nuevo alcalde de Roma, todo disparate, toda regresión, es posible.

Puse el ejemplo de nombre de calle en Canarias porque siempre que voy me sorprende la cantidad y calidad de las calles que el fascismo español mantiene en Canarias. No se corresponde al pensamiento, la historia ni el carácter liberal de la mayoría de los canarios. Y que liberal nada tiene que ver con el ser liberal de Esperanza Aguirre, por ejemplo. No hay que viajar a Canarias para encontrar callejero franquista. No hace nada más que buscar en los callejeros de muchas ciudades de Castilla, Levante, Cantabria y otras muchas repartidas por casi todo el territorio español.

No todo está perdido, vengo de uno de los  primeros pueblos progresistas de España, Puerto de la Cruz. Fue el primer pueblo español que tuvo un ayuntamiento socialista, en los años 20 del pasado siglo. Ha sido uno de los pueblos más- y no necesariamente mejor- transformados por el turismo. Aunque conserva un entorno, algunas calles y una naturaleza envidiable. También una gente. Una gente que, al fin, en su mayoría se siente contenta por haber quitado el nombre de Franco en una de sus calles principales. Fuera la calle Francisco Franco, ¡viva la calle Agustín de Betancourt! Me alegro por los amigos de Puerto de la Cruz. /upload/fotos/blogs_entradas/muchas_veces_me_pediste_que_te_contara_esos_aos_med.jpgPor muchos, pero especialmente por uno de ellos: Juan Cruz. El periodista, novelista y antifranquista está contento, como lo están los del Instituto de Estudios Hispánicos, los del Museo de Arte  Contemporáneo, los concejales -menos los de Coalición Canaria- y la mayoría de los ciudadanos que no quieren seguir soportando calles con nombre de mala gente.

Juan Cruz nos ha contado muchas cosas del Puerto de la Cruz, ahora nos sigue contando desde la ficción cosas que le pasaron al chico que creció, se hizo periodista y novelista. Su última novela -no para- se llama Muchas veces me pediste que te contara esos años. Tiempo de franquismo, antifranquismo y sin franquismo. Me alegro por nosotros.

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Javier Rioyo

Javier Rioyo (Madrid, 1952) es licenciado en Ciencias de la Información. Periodista, escritor, director y guionista de cine, radio, televisión y dramáticos. Dirigió y presentó el programa semanal de libros Estravagario en TVE 2, con el que obtuvo el Premio Fomento a la Lectura 2005, concedido por la Federación del Gremio de Editores de España. También ha sido responsable de cultura y libros en el programa diario Hoy por hoy de la cadena SER. Es colaborador habitual de El País (escribe para el suplemento semanal Domingo) y de la revista Cinemanía. En televisión, Rioyo ha presentado el programa "El Faro" del canal Documanía y ha obtenido dos premios Ondas en Radio y uno en Televisión. Ha sido guionista de numerosos festivales de música para Canal+, así como de los premios Goya, y de diversos programas de radio y televisión. También coordinó los guiones para la serie Severo Ochoa. Ha dirigido y participado en cursos de Comunicación y Cultura en diversas universidades españolas. Formó parte del Comité Asesor de Alfaguara y ha sido jurado de festivales de cine y premios literarios en varias ocasiones. Es autor del libro Madrid: casas de lenocinio, holganza y malvivir (Espasa Calpe, Premio 1992 Libros sobre Madrid); y de La vida golfa (Aguilar, 2003). En 2005, con su productora Storm Comunicación, realizó la producción ejecutiva y el guión de Miracolo Spagnolo, un documental para la RAI sobre la llegada de José Luis Rodríguez Zapatero al gobierno y su primer año de legislatura. También dirigió y produjo Alivio de luto, un vídeo documental en el que entrevista a Joaquín Sabina; así como Un Quijote cinematográfico. En 1994 fundó la productora Cero en conducta, con José Luis López-Linares, con la que tuvo a su cargo el guión y la dirección de Alberti para caminantes (2003); y la producción ejecutiva y el guión del largometraje Un instante en la vida ajena (2003), que obtuvo el Premio Goya al mejor documental; así como de Tánger, esa vieja dama (2002). También ha codirigido con José Luis López-Linares el cortometraje Los Orvich: Un oficio del Siglo XX (1997), y los largometrajes Extranjeros de sí mismos (2001), nominado al mejor documental en la XVI edición de los Premios Goya; A propósito de Buñuel (2000); Lorca, así que pasen cien años (1998), nominado a los premios Emmy 1998; y Asaltar los cielos (1996), nominado a los premios Goya al Mejor Montaje, y ganador del Premio Especial Cine, de los Premios Ondas 1997.

En 2011 fue nombrado director del centro del Instituto Cervantes de Nueva York en sustitución de Eduardo Lago.​ Ocupó el cargo hasta septiembre de 2013, cuando fue sustituido por Ignacio Olmos.​ En 2014 fue nombrado responsable del centro del Instituto Cervantes en Lisboa.​ En febrero de 2019 deja el cargo y pasa a dirigir el centro de Tánger de la misma institución.

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