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Blogs de autor

DESCONECTADO/DESENGANCHADO

Por 18 de diciembre de 2006 Sin comentarios

Javier Rioyo

Viajo, trabajo, hablo, me callo y escucho. También leo. De vez en cuando leo, sí. También duermo. No mucho, pero sí más de lo que nunca lo hice. Me hace falta. Serán los años. O será algo parecido al aburrimiento. Lo malo es que el sueño, los sueños, no aseguran la carencia de aburrimiento. Durante mucho tiempo he estado acostándome tarde. En eso no seguí el camino de Swann. Ni el camino de Marcelo. Ni el de Luis Alberto de Cuenca. He sido, soy, demasiado trasnochador. ¿Qué es demasiado trasnochador? Nunca nada demasiado.

¿Por qué al listo -demasiado culto, casi abrumador, tan perfecto en sus lecturas, tan imperfecto en tantas otras cosas-  Jorge Luis Borges no le gustaba nada Gracián? Tampoco me deslumbra Gracián, pero ante tantos capullos de la corrección liberal/lectora y otras liberalidades de la arrogancia anónima de estos foros tan abiertos, me dan ganas de refugiarme en el más sincrético de los cinismos. Llevo unos días callado. Tampoco tenía nada urgente, ni turgente, que decir.  Estaba en el extrarradio. Es decir, fuera de casa. Y para mí fuera de casa es muy difícil seguir enganchado en esta historia del “boomeran”. No es verdad que la zona wi fi sea una zona universal en los hoteles. Al menos en los modestos hoteles de cuatro estrellas en que suelen alojar a los diletantes culturales de mi estilo. Y no hay nada mejor que te pongan las cosas difíciles, es decir que no te lo pongan en bandeja, para buscar la excusa y no tener nada que decir, nada que contar. Los hay más rápidos, más hábiles, más ordenados y más enganchados, enchufados o como se llame esta cosa de la red, pero yo no soy de esos. Y lo siento, de vez en cuando lo siento. Me gustaría poder contar, haber contado en “caliente” algunas cosas que pasaron en unos días en que fuimos convocados para recordar al memorioso Borges.  Pero no soy Funes. Además, no tomo apuntes.

No estuvo tan mal esa curiosa reunión con María Kodama. Entre otros, pasaron por allí, por un curioso pueblo de Sevilla llamado Tomares, José María Álvarez -sí, aquel novísimo, ese al que muchos recuerdan como “el Rimbaud” de Cartagena, ese que en una generación nos dejó tocados de algunas alas viajeras y poéticas con su “Museo de cera”- , Felipe Benítez Reyes o Luis Alberto de Cuenca, entre otros más o menos borgianos. ¿Quién qué es poeta, escritor, lector, no es un poco, mucho o demasiado borgiano? Allí estuvimos, cerca de Sevilla y lejos de la casa de Juan Antonio Maeso, al que cada noche -es un escritor de esa tribu de los que no conducen, pero beben- teníamos que acompañar hasta su casa en medio de ninguna parte.

Pues eso, que no es tan fácil estar enganchado. Y que tampoco es tan fácil recordar algunas cosas cuando seguimos durmiendo poco. Es posible que cuando sea mayor, cuando sea otro, cuando me llame de otra manera, me reconvierta en otra cosa, en otro tipo. Ahora sigo siendo uno que, por más que engañen las apariencias a algún cretino de pijismo estético y otras pequeñeces, nada tiene que ver ni con papás noeles ni con gaspares llamazares. Yo que tantas cosas he sido, nunca he sido nada de eso. En fin, ahora no quiero recordar algunas cosas. Como todavía me acuerdo de algunas, mañana intentaré contarlas. Si la cosa wi fi no se pone antipática.

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Javier Rioyo

Javier Rioyo (Madrid, 1952) es licenciado en Ciencias de la Información. Periodista, escritor, director y guionista de cine, radio, televisión y dramáticos. Dirigió y presentó el programa semanal de libros Estravagario en TVE 2, con el que obtuvo el Premio Fomento a la Lectura 2005, concedido por la Federación del Gremio de Editores de España. También ha sido responsable de cultura y libros en el programa diario Hoy por hoy de la cadena SER. Es colaborador habitual de El País (escribe para el suplemento semanal Domingo) y de la revista Cinemanía. En televisión, Rioyo ha presentado el programa "El Faro" del canal Documanía y ha obtenido dos premios Ondas en Radio y uno en Televisión. Ha sido guionista de numerosos festivales de música para Canal+, así como de los premios Goya, y de diversos programas de radio y televisión. También coordinó los guiones para la serie Severo Ochoa. Ha dirigido y participado en cursos de Comunicación y Cultura en diversas universidades españolas. Formó parte del Comité Asesor de Alfaguara y ha sido jurado de festivales de cine y premios literarios en varias ocasiones. Es autor del libro Madrid: casas de lenocinio, holganza y malvivir (Espasa Calpe, Premio 1992 Libros sobre Madrid); y de La vida golfa (Aguilar, 2003). En 2005, con su productora Storm Comunicación, realizó la producción ejecutiva y el guión de Miracolo Spagnolo, un documental para la RAI sobre la llegada de José Luis Rodríguez Zapatero al gobierno y su primer año de legislatura. También dirigió y produjo Alivio de luto, un vídeo documental en el que entrevista a Joaquín Sabina; así como Un Quijote cinematográfico. En 1994 fundó la productora Cero en conducta, con José Luis López-Linares, con la que tuvo a su cargo el guión y la dirección de Alberti para caminantes (2003); y la producción ejecutiva y el guión del largometraje Un instante en la vida ajena (2003), que obtuvo el Premio Goya al mejor documental; así como de Tánger, esa vieja dama (2002). También ha codirigido con José Luis López-Linares el cortometraje Los Orvich: Un oficio del Siglo XX (1997), y los largometrajes Extranjeros de sí mismos (2001), nominado al mejor documental en la XVI edición de los Premios Goya; A propósito de Buñuel (2000); Lorca, así que pasen cien años (1998), nominado a los premios Emmy 1998; y Asaltar los cielos (1996), nominado a los premios Goya al Mejor Montaje, y ganador del Premio Especial Cine, de los Premios Ondas 1997.

En 2011 fue nombrado director del centro del Instituto Cervantes de Nueva York en sustitución de Eduardo Lago.​ Ocupó el cargo hasta septiembre de 2013, cuando fue sustituido por Ignacio Olmos.​ En 2014 fue nombrado responsable del centro del Instituto Cervantes en Lisboa.​ En febrero de 2019 deja el cargo y pasa a dirigir el centro de Tánger de la misma institución.

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