Javier Rioyo
Yo que nunca he visto el culo de Lin Hong no dejo de pensar en él. Es un mítico culo de la chica más bella de la ciudad de Liu. Un culo que vio espiando culos en la letrina pública, el adolescente Li Guangtou. El único del pueblo que conoce el culo de Lin. Admirado por esa visión, capaz de rentabilizar ese secreto cambiando la narración del culo por ricas sopas en el restaurante popular. Es una novela maravillosa. Sobre el placer de mirar los culos, sobre el amor, la fidelidad y la vida en China desde antes de aquella barbarie que se llamó revolución cultural, desde Mao a los Juegos olímpicos. Escrita por uno de los más interesantes autores chinos de la actualidad, Yu Hua. Se llama "Brothers". Publicada en Seix Barral. Para los amates de la literatura, los culos y otros placeres.
Soy, desde que tengo memoria, un gran admirador de los culos femeninos. Los primeros culos, enormes, redondos, fueron de los cuadros de Rubens, que mirábamos en El Prado y en las reproducciones de los clásicos. Después vinieron los culos de las amigas. Y los culos del cine. Ya no eran aquellos culos rubensianos. Esos culos nos dejaron de gustar hasta que apareció Fellini y los puso otra vez en nuestra memoria y nuestro deseo. No somos maniáticos con los culos. Somos de gusto abierto, desde el culo de Jane Birkin- que es más de lo que parece- hasta algún culo maravilloso visto con la luz de un atardecer. Estoy en la playa, no puedo evitar mirar culos de todas las clases, de bellezas diferentes. Y me acompañan el recuerdo de algunos culos inolvidables. No si hay algún libro dedicado a la belleza de los culos femeninos. Algún libro como aquél que Ramón Gómez de la Serna dedicó a los senos. O, bajando la exigencia, como aquél otro que Juan Manuel de Prada dedicó a los coños. Creo que entonces hablaba sin mucho conocimiento de causa. Y eso también se nota en literatura.
La novela de Yu Hua, no es un tratado de culos. Pero nos hace recordar algunos culos de nuestra vida. Gracias.