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COSAS QUE NO PIENSO LEER

Por 26 de octubre de 2006 Sin comentarios

Javier Rioyo

No leeré el Premio Torrevieja de este año. Una novela de Jorge Bucay. En realidad no he leído ninguna novela de ese premio a pesar de haber sido premiados algunos amigos o conocidos, Javier Reverte, Armas Marcelo… No me fío del premio. No conozco, o no reconozco, Torrevieja, pero no tengo ninguna prisa en perderme por un lugar que es capaz de dar tanto dinero a un novelista, o lo que sea, llamado César Vidal, Zoé Valdés o Bucay. No tengo nada personal en contra de esos escritores, sencillamente que no me los creo. El año pasado lo expresó de forma contundente y no creo que muy acertada mi admirado Caballero Bonald. El poeta, novelista y memorialista jerezano estaba en el jurado y le pareció -cito de memoria- algo así como “éticamente deleznable” la novela de Vidal. Y, estoy casi seguro, que lo que no le parecía es literariamente merecedora de los muchos millones del premio. No lo dijo así, pero sé que es lo que quiso decir. Muchas veces hemos valorado un poema, un cuento o una novela que no eran ética o moralmente adecuados. La literatura no es, o no lo es fundamentalmente, una cuestión de moral o de ética. Desde esas consideraciones nos quedaríamos sin alguno de los grandes escritores. Y no estamos tan sobrados.

Se trata pues de un premio que se inventa a golpe de talonario en un lugar central de la especulación del suelo, del destrozo sin prisas ni pausas de una costa que una vez pareció posible, hermosa y habitable. Un premio de muchos millones, el más alto después del Planeta, que si tiene algún sentido es permitir vivir bien, por un tiempo, a algún escritor con una obra generalmente de poco vuelo y de mucha presencia, se supone, mediática. Con un premio Planeta nos basta. Además el Planeta, con toda su historia de operación comercial, con sus meteduras de pata literarias, sus concesiones a lo mediático y todo lo que se quiera, tiene un activo en sus premiados y finalistas que le hacen imprescindible para entender nuestra literatura penúltima y más cercana.

Nada contra Bucay; lo he conocido y me parece simpático, agradable y buen charlista. No puedo opinar de sus escritos porque no soy de sus seguidores. No me interesa su diván y no me fío de su fama mediática. Uno es así de arbitrario. No leeré la novela, entre otras razones, porque tengo muchas cosas que leer, pero sobre todo porque va de un dictador latinoamericano. Y ese tema creo que ya me lo tengo bien leído desde Valle Inclán hasta nuestros días. Pero justo Bucay llegó el día después. Ya no más. Al menos no más que vengan en compañía de un premio que siempre me parece un pelotazo. Enhorabuena para los escritores que con torres tan viejas conquistan tan nuevos millones de euros. Lo recordaba Sánchez Ferlosio, el dinero “non olet”. Pero hay novelas que huelen de lejos. Si algún fiable lector se acerca a esa novela de Bucay y me expone razones para leerla lo haré. Mientras tanto seguiré con mi Ramiro Pinilla.

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Javier Rioyo

Javier Rioyo (Madrid, 1952) es licenciado en Ciencias de la Información. Periodista, escritor, director y guionista de cine, radio, televisión y dramáticos. Dirigió y presentó el programa semanal de libros Estravagario en TVE 2, con el que obtuvo el Premio Fomento a la Lectura 2005, concedido por la Federación del Gremio de Editores de España. También ha sido responsable de cultura y libros en el programa diario Hoy por hoy de la cadena SER. Es colaborador habitual de El País (escribe para el suplemento semanal Domingo) y de la revista Cinemanía. En televisión, Rioyo ha presentado el programa "El Faro" del canal Documanía y ha obtenido dos premios Ondas en Radio y uno en Televisión. Ha sido guionista de numerosos festivales de música para Canal+, así como de los premios Goya, y de diversos programas de radio y televisión. También coordinó los guiones para la serie Severo Ochoa. Ha dirigido y participado en cursos de Comunicación y Cultura en diversas universidades españolas. Formó parte del Comité Asesor de Alfaguara y ha sido jurado de festivales de cine y premios literarios en varias ocasiones. Es autor del libro Madrid: casas de lenocinio, holganza y malvivir (Espasa Calpe, Premio 1992 Libros sobre Madrid); y de La vida golfa (Aguilar, 2003). En 2005, con su productora Storm Comunicación, realizó la producción ejecutiva y el guión de Miracolo Spagnolo, un documental para la RAI sobre la llegada de José Luis Rodríguez Zapatero al gobierno y su primer año de legislatura. También dirigió y produjo Alivio de luto, un vídeo documental en el que entrevista a Joaquín Sabina; así como Un Quijote cinematográfico. En 1994 fundó la productora Cero en conducta, con José Luis López-Linares, con la que tuvo a su cargo el guión y la dirección de Alberti para caminantes (2003); y la producción ejecutiva y el guión del largometraje Un instante en la vida ajena (2003), que obtuvo el Premio Goya al mejor documental; así como de Tánger, esa vieja dama (2002). También ha codirigido con José Luis López-Linares el cortometraje Los Orvich: Un oficio del Siglo XX (1997), y los largometrajes Extranjeros de sí mismos (2001), nominado al mejor documental en la XVI edición de los Premios Goya; A propósito de Buñuel (2000); Lorca, así que pasen cien años (1998), nominado a los premios Emmy 1998; y Asaltar los cielos (1996), nominado a los premios Goya al Mejor Montaje, y ganador del Premio Especial Cine, de los Premios Ondas 1997.

En 2011 fue nombrado director del centro del Instituto Cervantes de Nueva York en sustitución de Eduardo Lago.​ Ocupó el cargo hasta septiembre de 2013, cuando fue sustituido por Ignacio Olmos.​ En 2014 fue nombrado responsable del centro del Instituto Cervantes en Lisboa.​ En febrero de 2019 deja el cargo y pasa a dirigir el centro de Tánger de la misma institución.

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