Javier Rioyo
Ya les prometo terminar este paraíso a plazos. Después del paraíso les hablaré de un purgatorio. El purgatorio inventado entre Oscar Esquivias y un tal Dante. Mientras tanto sigamos en nuestro parcelado paraíso:
“Fuentes de información pública: libertad absoluta de prensa, pero los diarios y revistas aparecen con diez años de retraso, que es el tiempo mínimo que requiere un acontecimiento para resultar de verdad interesante.
Monumentos: Fuentes con figuras mitológicas, erigidas todas por un rey ilustrado del siglo XVIII.
Diversiones públicas: Cine una noche por semana -las películas no se proyectan hasta diez años después de filmadas y son preferentemente mudas-. Reuniones de bebedores los sábados. Carnaval y verbenas varias veces al año. Solemnes liturgias de Semana Santa para los niños”.
Estos son los espacios, los que he contado, copiado, durante estos tres días de vacaciones y lecturas en un lugar de Babia. Me gusta estar en esos sitios. Mucho más que esos paraísos e infiernos que nos acompañan desde niños en estas mitologías que estos días son tan celebradas. Otra cosa, no mejor, es el purgatorio. Pero de eso hablaré mañana. Ahora me voy al infierno, que hace mucho frío en estas Babias.