
Eder. Óleo de Irene Gracia
Iván Thays
Fernando Savater. Foto: Bernardo Pérez
Fernando Savater ha dicho ?Leer por placer está mal visto?. Y tiene razón, según lo que acaban de leer en este Moleskine Literario, libros por encargo y premios acusados de mercantilistas, al parecer ahora más que nunca el mundo se divide entre los libros que se dejan leer y los que no. Entre buenos y malos. Unos dicen que otros escriben bien pero no venden nada, los otros acusan a los que venden de ser limitados o mediocres. Prejuicios por todos lados. Las cosas parecen tan claras que estoy completamente confundido.
Particularmente, me parece excelente la frase: ?(?) la gastrolatría es el arte propio de esta época porque admite el esnobismo y el derroche y no exige reflexión. Se centra en el valor del dinero y en tener que reservar con tres meses cuando, como dice uno de los personajes de la novela, es un arte de usar y cagar?.
Aquí la entrevista de Javier Rodríguez Marcos en El País a Savater que acaba de publicar la novela ganadora del Premio Primavera Los invitados de la princesa (Espasa):
PREGUNTA. ¿Cuánto hay en su novela de parodia y cuánto de homenaje?
RESPUESTA. No, no, parodia no. Son relatos de género, de los géneros que me gustan. No quiero parodiarlos, sino contribuir a ellos. Odio los pastiches. Casi diría que ni el Quijote me gusta por eso. Eso sí, soy incapaz de escribir un artículo de 500 palabras sin humor, imagínate un libro de 300 páginas. Pero no porque diga las cosas sonriendo las digo menos en serio. Uno puede hacer un soneto humorístico sin parodiar los sonetos. Cada uno entra en un género con su personalidad.
P. Tal vez no parodie los géneros, pero los temas? Por ejemplo, la cocina vasca.
R. No sé si es parodia o mero reflejo de la realidad, porque todos los días los periódicos hablan en serio de esas cosas. Hay gente que dice que Ferran Adrià es un artista, como Leonardo da Vinci, y creo que lo dice en serio. Pero sí, hay cierta crítica a la inflación gastrológica y gastroidólatra.
(?)P. ¿Cree que hay una segunda intención?
R. Es que la gastrolatría es el arte propio de esta época porque admite el esnobismo y el derroche y no exige reflexión. Se centra en el valor del dinero y en tener que reservar con tres meses cuando, como dice uno de los personajes de la novela, es un arte de usar y cagar.
P. Internet también recibe. ?Los mediocres y los indolentes siempre esperan su absolución por medio de la técnica: a veces la consiguen y lo llamamos progreso?, dice.
R. Decir que gracias a Internet la erudición y las jerarquías intelectuales han desaparecido supone creer que alguien que dedica su vida a estudiar a Heródoto lo que quiere es tener en su cabeza todo lo que tiene la Wikipedia. La idea de la transformación que el saber produce en la persona y de que el saber no es una mera acumulación de noticias no se les pasa por la cabeza a los que piensan así. También la Enciclopedia Británica tenía más datos que cualquier ser humano y comprarla no nos hacía sabios. El acceso a Internet, tampoco.
(?)P. ¿Por qué el humor se considera un género secundario pese a que la tradición española está llena de obras humorísticas?
R. Voltaire le dijo a Madame du Châtelet que aprendiera inglés para leer a Shakespeare, que no era un autor bueno pero tenía trozos aprovechables. Luego le dijo que se pusiera con el español para leer el Quijote y ella se negó diciendo que nunca aprendería una lengua cuya obra principal es una farsa. Siempre ha habido ese desprestigio intuitivo por el humor. Cuando te dicen de un autor que es lúcido y penetrante, siempre se piensa en un autor dramático e incluso melodramático. Si dices que uno de los grandes humoristas del siglo XX es Samuel Beckett, la gente se queda desconcertada porque quiere que Beckett sea una especie de Kafka de segunda edición, y eso que Kafka tiene su humor. En el fondo, lo trágico es el humor, quejarse de lo trágico es redundante.
P. ¿El placer está mal visto?
R. Leer por placer, sí. La gente se compra novelas como para terminar el bachillerato: este libro te explica China; el otro, la Segunda Guerra Mundial. Me gustaría que mis novelas las leyera gente con el bachillerato ya acabado. Que se informara en otra parte y a la novela fuera para disfrutar literariamente.
(?)P. Lo habitual cuando a un filósofo le interesa tanto la literatura es que se dedique a la estética más que a la ética. No ha sido su caso.
R. Porque me gusta la narración. Nunca me he tomado la literatura como materia para el experimento verbal. Lo que me gusta es la historia que se cuenta. Tengo un hermano pintor y siempre me ha reprochado mi escasa pasión por la estética. Me interesan las cosas relacionadas con la ética, el derecho y las obligaciones, el bien, el mal, lo justo y lo injusto.
P. ¿Más que la literatura de ideas?
R. Es que las ideas que me interesan son esas. Para quien no está acostumbrado a leer filosofía o para quien solo está interesado en la filosofía, las ideas disfrazadas de literatura son estupendas. Yo también disfruto con Thomas Mann, pero no solo busco eso, porque filosofía he leído siempre a diario. No necesito que un señor me la venda en forma de novela.