Iván Thays
Mario Vargas Llosa y Gilles Lipovetsky
Mientras tanto, en Revista Ñ comentan la presentación del libro La civilización de la cultura de Mario Vargas Llosa, acompañado por Gilles Lipovetsky, en Madrid.
Dice la nota de Andrés Hax:
La preocupación obsesiva de Vargas Llosa es que la cultura masiva, la del espectáculo ha diluido los valores del arte. Valores en el sentido de distinguir entre lo que es de buena calidad y lo que es de mala calidad. Al escritor peruano le parece que en las artes plásticas esto es especialmente evidente: ?Todo arte puede ser bello o feo, pero no hay manera de saberlo. Hoy todo puede ser excelente o execrable según el gusto del cliente. El gran talento y el pícaro se confunden porque son ambos victimas del mismo mecanismo, como la publicidad. Si la cultura es puramente entretenimiento no importa nada.?La presencia de Gilles Lipovetsky fue mucho más que ornamental. El pensador francés, a pesar de estar fundamentalmente de acuerdo con Vargas Llosa, tiene una mirada mucho más amplia frente a la cultura popular. Específicamente piensa que las artes populares, como el cine por ejemplo, han servido para salir de los ?nacionalismos? y el deseo perpetuo de revolución. ?En las sociedades donde domina el espectáculo suelen ser sociedades consensuadas de un modelo democrático?, enfatizó. Vargas Llosa insistía en defender la alta cultura como una fuente de valores. Alegaba que aun alguien que no lee a Proust es beneficiado por Proust y que Proust mismo hizo ?al escribir En búsqueda del tiempo perdido- un trabajo a favor de la libertad porque su trabajo sensibiliza a los que lo leen, a la condición humana. Y por lo tanto los sensibiliza en contra los totalitarismos y atropellos varios al bienestar humano.Vargas Llosa enfatizó además, que la alta cultura puede y debe servir para responder al profundo apetito espiritual del hombre. Además que es el único contrapunto a los aspectos más salvajes del capitalismo que ?a pesar de ser un sistema que ha mejorado la calidad de vida de los seres humanos, tiene un costado brutal que ha llevado a la soledad y la deshumanización.