Iván Thays
Fuente: imageshack Un post en Moleskine Literario (¿aceptar trabajos free-lance o hacer este blog ad honorem? He ahí el dilema) sobre las declaraciones de Javier Marías sobre el deterioro de la lengua en España ha despertado la ira de los fans del escritor español. Está bien, yo también tengo ídolos literarios y los defiendo a rabiar (aunque no anónimamente, como algunos) cuando los siento agredidos por alguien que, además, no los ha comprendido como -creo- los he entendido yo.En fin, sigo pensando que Javier Marías -auto coronado Rey de Redonda- tiene pensamientos imperialistas y nobiliarios sobre el idioma, sobre la literatura, sobre los autores y escritores y, quizá, sobre el mundo en general; que el castellano (sí, ya sé que llamarlo así es una batalla perdida, pero una batalla al fin) no se puede deteriorar ni aún diciendo «haiga» porque peores o mejor dicho iguales transformaciones han sucedido en estos siglos; que es cierto que Marías tiene un conocimiento extraordinario y una enorme influencia del inglés en su estilo e idioma literario, pero esta influencia solo es positiva y válida para él cuando es culta y no cuando uno le dice guachimán al celador o guardia o como sea que dice la RAE que se llaman los guachimanes; y finalmente, que Javier María es un extraordinario escritor indudablemente, y he disfrutado y admirado mucho algunas de sus novelas, cuentos y artículos, pero -para usar un delicioso eufemismo borgiano- me siento indigno de ese plomazo que es Tu rostro mañana (en tres o en un solo tomo).