Héctor Feliciano
Ocaña habla de su estado de Tejas. Recuerda que, a pesar de que sus 3,6 millones de latinos conforman el 25% de los votantes del estado, no podrán ponerlo en juego en estas presidenciales.
Tejas es el estado de Bush y allí ganó las presidenciales en 2004 con el 61% de los votos, que incluía el de muchos hispanos. Sus votantes no han elegido a un presidente demócrata desde que votaron mayoritariamente por Johnson en los años 60 y Carter en 1976.
Desde hace años, los republicanos dominan la gobernación y la legislatura del estado.
Pero, cuenta Ocaña que el paisaje político ha comenzado a transformarse y que se distinguen cambios graduales.
Las encuestas enseñan las tendencias a través del tiempo y las tendencias demuestran que nuestra ventaja se expande, afirma.
Son dos las razones, continúa, aumentan la población hispana y el voto afroamericano, con inscripción de nuevos votantes y una mayor movilización. Esto último se debe, en parte, a la influencia de Obama entre el electorado negro.
Así, dice, en estas elecciones, podría cambiar el control republicano de la legislatura del estado.
Podríamos capturar la legislatura, pues necesitamos sólo cinco escaños más.
Además, uno de los dos senadores nacionales de Tejas podría ser derrotado. Se trata del ultraconservador republicano John Cornyn, aliado sistemático de Bush. Ocaña lo describe como un traje vacío.
Cornyn se disputa el escaño con Rick Noriega, un hispano de origen mexicano, diputado estatal y teniente coronel veterano de la guerra en Afganistán. Noriega se encuentra, ahora, a una distancia de cinco a siete puntos de Cornyn.
La campaña de Noriega ha imitado el plan de internet de Obama, explica Ocaña. Y ha recaudado una cantidad de fondos impensable hace unos meses. Los electores se movilizan.
El cuatro de noviembre veremos lo que ocurrirá en el estado de Tejas.