Héctor Feliciano
Existen estadounidenses que favorecen a McCain o a Obama, a Biden o a Palin y se conoce mejor a la gente del país al comprender concretamente las razones por las que apoyan a su candidato.
Alex DeMeo es un empresario independiente, director de una compañía de mercadeo exitosa que recauda fondos para escuelas públicas y privadas. Trabaja en la ciudad de Nueva York y vive en el estado de Nueva Jersey, en donde se crió. Tiene unos 45 años, ha sido republicano desde joven y regularmente dona dinero a su partido. Su padre era de origen italiano y, a pesar de que su madre era de origen puertorriqueño, no se siente, en lo más mínimo, latino o minoría. Se ve como un estadounidense promedio.
Votó por Bush en las elecciones de 2000 y de 2004.
"Soy esencialmente conservador y ello me atrae al Partido Republicano", afirma. Al preguntarle, ¿Por qué apoya a McCain?, toma tiempo en contestar y mide sus palabras, "como soy conservador, McCain es un poco más moderado de lo que hubiera preferido, pero es más elegible que Huckabee".
Mike Huckabee, candidato perdedor en las primarias republicanas, era el preferido de DeMeo. Fue gobernador del estado de Arkansas, es ministro de la Iglesia Bautista sureña y cree abiertamente que la Biblia debe tomarse al pie de la letra, incluyendo sus pronunciamientos sobre la creación, la historia y la ciencia.
"Para mí, es más importante ganar que perder las elecciones. Siento más como si votara contra Obama que a favor de mi candidato. Creo que Obama tiene posiciones socialistas", dice. "Cuando Reagan, voté más por él que en contra de los demócratas. Reagan me gustaba. McCain es el menor de los males. Aunque muchos republicanos me considerarían un mal republicano."
"Considero que reducir la dependencia de los Estados Unidos del petróleo extranjero es extremadamente importante, aunque signifique explotarlo en zonas en las que se creará daño ecológico. Quizá el mundo no apreciará tanto a los Estados Unidos si Obama es presidente, pero, con McCain será respetado. No será por miedo, sino porque proyectaremos firmeza en nuestras posiciones. Hay que atenerse a lo que se cree y si no le gustas a alguien, al menos te respetarán."
El respaldo de DeMeo a Palin es típico de muchos de los miembros conservadores del Partido Republicano que con Bush se sentían a gusto, pero con McCain, que favorece el divorcio y el aborto, se encontraban desorientados.
"Me alegra que Palin se encuentre con él. Creo que necesitamos a alguien más joven, que pegue más con el país. Aprecio su pasado en la guerra de Vietnam, pero creo que tiene demasiado que ver con su atractivo político. Palin es fácil. Me gusta el hecho de que es conocida por irse en contra de lo establecido. Es una mujer respetada y eso es extremadamente importante. ¿Por qué excluir a las mujeres de la Casa Blanca? Desde esta perspectiva, Obama es un orador extremadamente locuaz y atractivo. Palin agrega alguien atractivo a nuestra lista de candidatos. Lamento que tenga que ser así, pero en las elecciones existe mucho mercadeo."
"¿Y las creencias religiosas de Palin?", añado.
"Personalmente, he apreciado siempre que la gente que yo apoye tenga creencias cristianas sólidas. Me siento cómodo con ellos. Sin embargo, la fe no se puede legislar. No importa que las creencias se encuentren oficialmente en el programa político. No somos una teocracia, sino una democracia. Si Dios quiere lograr algo, no necesita el voto de la gente. Me gusta la dinámica de su familia, su hija que se encuentra embarazada sin estar casada. Eso significa que la gente que tiene creencias cristianas se enfrenta a retos en la vida."
Le recuerdo que muchos demócratas se indignan ante esta última reacción, pues consideran que si una de las hijas de Obama hubiera caído embarazada en esas circunstancias, los conservadores la hubieran atacado despiadadamente alegando que era de esperarse debido a su origen negro, ya que se sabe que las chicas negras caen encinta jóvenes y sin casarse.
DeMeo afirma, "hubiera reaccionado exactamente de la misma manera con la hija de Palin. Lo digo con toda sinceridad, como cristiano. Sin embargo, sé que tendría que lidiar con el asco de mis propios correligionarios que se sentirían avergonzados".