Francisco Ferrer Lerín
El uso de determinadas palabras caracteriza a los individuos. La palabra “jicarilla”, como diminutivo de “jícara” y no designando a los indios apaches que hoy viven en Nuevo Méjico, constituye el recuerdo más ilustre y simpático que tengo del jugador de póquer, variante denominada “chiribito", Julio Martínez Escobedo, recientemente fallecido; un sinvergüenza redomado que utilizaba la palabra "jicarilla" en algunas ocasiones, marcando así una gran diferencia, no sólo con el resto de los participantes en la timba, sino con su propia catadura moral y con su aspecto tosco, deplorable, cercano a la imagen de boxeador duramente castigado. Sin duda "jicarilla", término no común, pertenecía al acervo familiar o, mejor, a una minúscula parte del mismo, al particular y muy valorado léxico de algún pariente, probablemente femenino, desaparecido mucho tiempo atrás pero que, de algún modo, marcó la infancia de Julio, quizá impresionándole por su delicadeza.