Francisco Ferrer Lerín
Parece interesante el vaticinio del sabio John Preskill: pronto podremos descifrar, a partir del humo y las cenizas, el contenido de una enciclopedia aunque esté totalmente calcinada. Resulta conmovedor saber que el rastro de la palabra “fútbol” es totalmente distinto al de la palabra “literatura” y no nos referimos, por supuesto, al fácil procedimiento que mediante la comprobación de la diferencia de peso -por la cantidad de tinta empleada- nos dice si los volúmenes A y B de dicha enciclopedia, de igual número de páginas, tienen o no el mismo texto. Preskill, anuncia recomponer una biblioteca a partir del aire en el que flotan las palabras escritas, en el mismo aire en el que flotaron las ideas que alumbraron los libros. Quizá habrá que pedirle que investigue un poco más, que avance en el desarrollo de una tecnología que ya parece insuficiente. John, por favor, dinos: ¿qué diálogo olvidó Cervantes, qué verso Quevedo?