Francisco Ferrer Lerín
El seis de mayo recibí otro mensaje:
Dejaré este nombre y apareceré algún día en su vida con el mío, y por supuesto nunca habré oído hablar de Beldad Aria. Pero será muy diferente, jugaré a ser alguien razonable, me esforzaré en "explicarme", aunque en ello pierda mi propio lenguaje, que desde luego no son las palabras. Seguro que será un encuentro muy breve.
No fue el último mensaje. Documentados, incisivos, no dejaban lugar a la elección. Desconcertado, eché mano del detective Carlos. Mas tampoco él dio con quien se hallaba detrás de Aria. Me aconsejó viajar. Pero sólo supe hacerlo en círculo. Y volví a estar a merced de ¿ella? Decidí morir. De modo que ahora no puedo recordar el total de su última misiva. Sí, en cambio, su comienzo:
Sólo disponemos de una línea de tiempo, pero esas palabras tenían una temperatura indefinida.