-¡Luces, cámara, acción!
El protagonista de la película gatea hacia una bacinica y berrea un poco. Su mamá trata de seducirlo con un chupete para que mire a la cámara, pero él se echa a llorar. Desesperada, la mamá lo carga y lo acaricia. Por toda respuesta, él vomita. El director de la película, sin embargo, no pierde la paciencia. Ya ha tenido momentos de crisis como este.
-¡Corten! –dice. Y vuelven a grabar. En la película final quedarán sólo los momentos felices: el bebé riendo, la mamá feliz, el papá siempre pendiente de su familia perfecta. Todos los momentos tristes o difíciles se cortarán y eliminarán en la sala de edición. Toda la amargura se retirará del montaje final.
Ojalá la vida fuese así ¿verdad?
Pues por solo 3.000 euros puede serlo. Y por unos 11.300, todo el primer año de vida del bebé puede ser editado y narrado en un tierno documental para recordar por toda la vida.
Se trata de un nuevo servicio de video en Nueva York que pone la tecnología audiovisual al servicio de la familia feliz. Piénsenlo: los niños son actores temperamentales e impulsivos. Las películas caseras están llenas de mocosos que se niegan a sonreír, madres al borde de un ataque de histeria y padres que procuran pedir sin gritar que todos se acomoden para la cámara de una maldita vez. La espontaneidad, que le dicen. En cambio, una empresa como Moments to Remember envía a un equipo de profesionales para crear la imagen que siempre quisiste ver de tu familia.
Por supuesto, a esos precios, los únicos que pueden pagar el servicio son los padres adictos al trabajo que nunca están en casa. Hablamos de un país en que el 20% de las personas con ingresos elevados trabaja en condiciones extremas: más de sesenta horas por semana, a ritmo muy acelerado y con responsabilidad por las pérdidas y ganancias de su empresa. Para muchos de estos padres y madres, el dinero contrarresta el tiempo que no pueden dedicar a sus familias.
La cuestión es que todo es ficción. La familia hecha de momentos ideales es una creación del productor que un consumidor compra: su objetivo no es retratar sino ocultar la vida cotidiana.
Queremos la vida perfecta, y queremos ser los padres perfectos, pero sobre todo, queremos pruebas de lo bien que lo hacemos. Los videos son de gran ayuda. A fin de cuentas, si tus niños son impresentables, puedes encerrarlos en su cuarto y ponerles a tus amigos el video. También puedes verlo a solas por la noche, para vivir esos momentos que la realidad no te ofrece. El problema es que aún no puedes mandar al video al colegio, donde la profesora siempre se mostraría feliz con esos personajes perfectos, obedientes y bien integrados. Tampoco puedes comer con ellos y preguntarles cómo les fue, o llevarlos a jugar fútbol. Inevitablemente, debes convivir con tus hijos imperfectos de carne y hueso. Pero no pierdas la fe. La ciencia está trabajando en eso.