Eduardo Gil Bera
A los helenistas del mundo, seis preguntas:
¿Es casual que Aristóteles atribuya el origen, en la antigua legislación ateniense, de lo que el llama lacra de la homosexualidad legislada a la influencia de Taletas (variante dórica de Tales) de Gortina?
¿Es casual que en el llamado “Certamen”, todas las ediciones desde el Renacimiento hasta hoy mantengan la corrección que introdujo el editor Stephanus en las líneas 32-33, que convirtió la errata ἀδιανοῦ en Ἀδριανοῦ, impidiendo hasta hoy la lectura del original ἀδινοῦ, que es un adjetivo que solo aparece en la Odisea?
¿Es casual que en el llamado “Certamen” diga que Altes (anagrama de Tales) era el nombre de Homero?
¿Es casual que Asclepio y Calipso tengan las mismas letras que Opíleks, diosa desconocida hasta hoy?
¿Es casual que Telefo, héroe preiliádico, sea anagrama de Ofelestes escrito en Lineal C, según se lee en la inscripción hallada en Pafos?
¿Es casual la semejanza entre Velena, nombre micénico de Helena, y Dvelona, nombre de la guerra en latín arcaico, y las demás diosas indoeuropeas de la guerra, Velinas (lituana), Varuna (védica). Vellaunos (gala), Valis (hitita)?