
Eder. Óleo de Irene Gracia
Eduardo Gil Bera
Sostiene el pobre Jiménez que "del Ebro para abajo no se ve la realidad igual que como la vemos aquí”. ¿Para abajo? ¿Aguas abajo? ¿desde el Pilar de Zaragoza? ¿o será para abajo la margen derecha, o sea, Tudela, Cascante, Cintruénigo, Corella, Fitero, Monteagudo, Murchante, Ablitas, Barillas, Ribaforada, Buñuel, Fontellas, Tulebras, estos navarros alucinan y no ven la realidad, Jiménez? Los digo conforme me los imagino, que tampoco soy de aquí, pero sé que todas las fuentes antiguas, del Ebro para arriba y del Ebro para abajo, pobre Jiménez, definen al Ebro como dador de nombre a un pueblo, los íberos, o sea, lo definen como un dios creador, y eso es el padre Ebro, siempre descrito como eje de un país excelente, también para el melonar, donde ronda la pregunta ¿cómo no tiene el socialismo navarro alguien menos acomplejado que Jiménez?
El pobre Jiménez abunda, ya sabemos, en un lugar común del rancismo catalán que tiene a los de la margen derecha del Ebro como infracatalanes, y que a su vez es una melonada de raigambre en el rancismo vasco, pero es que Jiménez es aspirante a mandar en Navarra en nombre del progreso sobre tierras y gentes que él no sabe, por lo visto, que son Navarra, y luego opinará de Ucrania.