Cippus
El testimonio más evidente de la expansión tardía de la población y lengua vascas es el nombre de Guipúzcoa, que viene de cippus (límite, frontera, hito). El vasco omite o sonoriza la sorda inicial latina. El testimonio más antiguo es ‘Ipuzcoa’ (lo del [c]ippus) de 1025.
El cippus indicaba el terreno despoblado que quedaba hacia occidente del saltus vasconum, un espacio poco interesante para los romanos, sin pan ni vino, y que los vascos no poblaron hasta la Edad Media, durante la cual dicho cippus se conoció como “frontera de malhechores”.
Tiempos aquellos. Seguro que echa usted de menos los arbitrios y peajes medievales para entrar en las ciudades, transitar por los caminos, o cruzar los puentes. Pues ánimo, ahora la diputación guipuzcoana estudia poner un peaje a la N-1 que entra en Guipúzcoa desde Navarra y viene desde Madrid, perdón, gratis. El sumo mandarinato sobre las carreteras guipuzcoanas y navarras está ejercido por fieles del mismo partido adorador de Jaungoikoa (“el señor de arriba”) y la ley vieja (neolítica o en su defecto medieval). La presidenta navarra manifiesta su esperanza (virtud teologal) en que el establecimiento del peaje guipuzcoano “no se haga de manera unilateral”. Aún nos quedan la fe y la caridad, y rezar al señor de arriba.