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Crónica de las dos Bolivias (II)

Por 26 de septiembre de 2008 Sin comentarios

Edmundo Paz Soldán

Los errores de la oposición

Ante la indiferencia gubernamental a sus pedidos, a fines del 2007 y en la primera mitad del 2008, la "media luna" decidió desafiar a Evo dotándose de referendos para la aprobación de sus estatutos autonómicos. Estos referendos eran anticonstitucionales, y podían leerse como una demostración de fuerza de las regiones: con el fait accompli, Evo se vería obligado a incluir la autonomía en su proyecto de Constitución.

En plena ofensiva de las regiones articuladas en torno al CONALDE, la oposición, que controla el Senado en el Congreso, cometió un grave error estratégico: aprobó una ley para un referendo revocatorio para los cargos de presidente y los prefectos departamentales. En teoría, se trataba de desafiar a Evo a someter su mandato a votación: si los que votaban en su contra eran más del 53% con que había llegado al poder, Evo debía dejar su cargo. En la práctica, era una demostración de la falta de liderazgo unificado de la oposición: los partidos opositores tradicionales, entre los que se encuentra PODEMOS del ex-presidente Jorge Quiroga, intentaron, con la aprobación del revocatorio, mostrar que todavía tenían voz en la lucha contra Evo; así, forzaban que la discusión en torno a las autonomías se desplazara de las regiones a la capital. Evo aceptó el envite, ganó con el 67% de apoyo, y la oposición salió debilitada: dos de los prefectos opositores a Evo, el de La Paz y el de Cochabamba, fueron revocados.   

Hubo un momento en que en Bolivia había seis prefectos opositores a Evo. Después del revocatorio, quedaron cuatro. Con el confinamiento del prefecto de Pando, han quedado tres. Desde ese punto de vista, la aplanadora gubernamental ha sido muy efectiva. Los líderes de la "media luna", desarticulados, debaten el camino a seguir: en los medios, han quedado como preocupados por sus intereses personales y regionales y no por los de la nación. También se han visto sobrepasados por sus bases (el CONALDE había instruido originalmente el bloqueo de carreteras como forma de protesta; la toma de las instituciones gubernamentales, los actos de vandalismo, fueron acciones espontáneas de grupos radicales). Por último, no parece que tuvieran una estrategia a largo plazo: si lo único que quieren es la autonomía, todavía no han dado detalles para convencer al país de cómo entroncan sus deseos regionales con un proyecto de configuración nacional. No debería ser difícil: los que sueñan con la secesión son más que antes, pero la inmensa mayoría en la "media luna" se siente boliviana porque, como dice el conocido analista político cruceño Carlos Valverde, "le da la gana". Y no hay mejor razón para pertenecer a un país que, simplemente, tener las ganas de hacerlo.

¿Y ahora qué?

Hace algunos años, el vicepresidente García Linera aventuró la teoría de que en Bolivia se daba un "empate catastrófico" entre las fuerzas del pueblo y las de la oligarquía. El triunfo claro del MAS en las elecciones del 2005 fue visto por los intelectuales de la izquierda y los movimientos sociales como el momento del desempate: el fin del Estado neoliberal y la llegada de un nuevo Estado de corte indígeno-populista.

Se trata de una teoría muy esquemática: ni el MAS tiene el monopolio del "pueblo" ni la oposición es sólo un grupo de familias de la oligarquía interesado en mantener sus privilegios. Sin embargo, es útil para entender las grandes tendencias actuales en Bolivia. Con casi tres años de gobierno, Evo, pese a su enorme capital político y a sus logros -la nacionalización del petróleo, la inclusión política de sectores tradicionalmente excluidos- no ha podido conseguir la hegemonía con la que sueña el MAS: su proyecto de Constitución, que contempla la reelección del presidente, todavía no ha sido convertido en ley; pese a la debilidad de la oposición, su rechazo a la autonomía tampoco ya es viable. El equilibrio de fuerzas se ha volcado hacia su lado, pero no lo suficiente para que se haya producido un verdadero desempate.

El desafío de Evo y los teóricos del MAS es consolidar sin violencia un nuevo Estado incluyente, capaz de abarcar no sólo a Occidente sino también la "media luna"; ni Lula ni los otros líderes sudamericanos, a excepción de Chavez, quieren una resolución violenta del conflicto. El desafío del CONALDE es pensar en las regiones sin dejar de pensar en el país. Sólo así se podrá lograr que las dos Bolivias se reconcilien y vuelvan a ser sólo una.    

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Edmundo Paz Soldán

Edmundo Paz Soldán (Cochacamba, Bolivia, 1967) es escritor, profesor de literatura latinoamericana en la Universidad de Cornell y columnista en medios como El País, The New York Times o Time. Se convirtió en uno de los autores más representativos de la generación latinoamericana de los 90 conocida como McOndo gracias al éxito de Días de papel, su primera novela, con la que ganó el premio Erich Guttentag. Es autor de las novelas Río Fugitivo (1998), La materia del deseo (2001), Palacio quemado (2006), Los vivos y los muertos (2009), Norte (2011), Iris (2014) y Los días de la peste (2017); así como de varios libros de cuentos: Las máscaras de la nada (1990), Desapariciones (1994) y Amores imperfectos (1988).Sus obras han sido traducidas a ocho idiomas y ha recibido galardones tan prestigiosos como el Juan Rulfo de cuento (1997) o el Naciones de Novela de Bolivia (2002).

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