Clara Sánchez
Ayer por la tarde se entregaban los premios de periodismo Ortega y Gasset en el Círculo de Bellas Artes. Para llegar había que abrirse paso entre los manifestantes de la enseñanza pública, a quienes les sobran motivos para estar hartos de las condiciones en que tienen que realizar su trabajo. Parte de la Gran Vía estaba cortada con la consiguiente presencia policial a dos palmos de la terraza de la cafetería del Círculo donde la gente seguía tomándose su café sin inmutarse en medio del ruido de la protesta.
El acto estaba lleno, hasta los topes como siempre, pero faltaba Yoani Sánchez, una de las premiadas. Premiada por un blog que escribe desde Cuba y que atrae a lectores de todo el planeta y con el que ejerce lo que ella llama con talento y acierto "periodismo ciudadano". Yoani es ejemplo de que la sociedad busca e inventa recursos (como Internet) para poder expresarse y que su voz llegue lejos. Y cuando no sea Internet será otra cosa. Yoani no pudo venir porque no le dieron permiso de salida. A ver cómo justifican esto los intelectuales que quieren subrayar su izquierdismo jaleando un régimen que impide la libertad de movimientos de sus ciudadanos. Yo hace muchos años que me hice la siguiente pregunta: ¿me gustaría vivir en las condiciones en que viven los cubanos, me iría a vivir a Cuba como uno más, sin privilegios? No, pues entonces no quieras para los demás lo que no quieras para ti. Y todo lo demás es mentira, pura pose.