Clara Sánchez
Ayer, a eso de las siete y media de la tarde, tomé el metro para ir al Círculo de Bellas Artes, donde se iba a presentar la colección de poesía que el periódico El País va a entregar a sus lectores a partir de este domingo. Pues bien creo que todos los que íbamos en el vagón sentimos algo parecido cuando en medio del silencio (nadie hablaba) un chico comenzó a tocar su clarinete y otro un saxofón. Tocaron tan bien, fue tan agradable, que creo que a ninguno nos hubiese importado que el viaje durara el doble. Creo que la música en la calle es un valor que habría que proteger. ¡Más música, por favor!, aunque no suene a la perfección. De acuerdo que ahora la llevamos encima, conectada directamente en los oídos, pero no es lo mismo. La música es una manera de ponernos en relación.
Una vez en el C.B.A., el director de la colección de poesía, Jose Manuel Caballero Bonald, dijo que "cada poema es como una última voluntad". Y músicos y actores leyeron poemas que escuchamos todos. Poemas que nos hicieron pensar a un tiempo. ¡Vaya tarde!