
Eder. Óleo de Irene Gracia
Clara Sánchez
Para hacer lo que Hedy Lamarr hizo fue fundamental su encuentro con el compositor George Antheil, quien resolvió el problema de la sincronización de frecuencias entre emisor y receptor por un procedimiento complicado. Y con la ayuda de un profesor de ingeniería eléctrica desarrollaron la idea, que fue patentada en 1942, pero cuya consecución en la práctica no era fácil, en parte por los medios técnicos existentes en aquellos momentos y también porque la Marina de los Estados Unidos no se tomó el invento muy en serio viniendo de quien venía. Hasta que en 1957 lo recuperaron unos ingenieros que lo convirtieron en un instrumento esencial para las comunicaciones militares y que después ha sido utilizado en la tecnología del teléfono móvil.
Lamentablemente, la patente expiró en 1959, precisamente cuando murió Antheil, y Hedy Lamarr no pudo cobrar ningún derecho. Falleció en enero de 2000, pero antes, en 1997, recibió el reconocimiento de la EFF (Electronic Frontier Foundation) por su invento, que ella aceptó diciendo que llegaba tarde.
"La belleza y el cerebro", además de inventora, dijo algunas frases como la siguiente: "Cualquier chica puede ser glamorosa, todo lo que tiene que hacer es estarse quieta y parecer estúpida".