Clara Sánchez
Pero la exposición no sólo se ve sino que se escucha, y se complementa con unos auriculares con que asistir a una conversación que parece emanar del semblante y el gesto que tenemos enfrente. Se trata de un conjunto vivo capaz de ofrecer el testimonio audiovisual de una época. Una combinación audaz que incorpora a la pintura las nuevas tecnologías y la rescata de su soledad.
La mirada de una persona es importante, la sonrisa también, pero la voz es definitiva. La sentimos como su esencia quizá porque sale de muy dentro, de los pulmones, casi del corazón. Además, el tiempo se va quedando en la voz casi más que en la piel. De hecho se puede huir de las arrugas, pero no de la voz. La voz transmite juventud o vejez, entusiasmo o aburrimiento, crispación, ironía, desconsideración, afecto. Es raro lo que ocurre con la voz, es lo más independiente de nuestra persona, es como una parte de nuestro ser recorriendo el aire, que a veces ni se nos parecen, como esas voces profundas desprendiéndose de cuerpos menudos o voces cazalleras en rostros angelicales. Se podría decir que tiene vida propia y el poder de provocar atracción o rechazo por sí sola. Soy de la opinión de que la voz tiene un impacto demasiado importante en nosotros, como si saliera directamente de las profundidades de la mente cuando sólo viene de las cuerdas vocales.