Basilio Baltasar
1. El lamento por la Guerra de Irak deja en evidencia el esquivo silencio de sus partidarios. El fracaso de la operación bélica, sin embargo, no les avergüenza. Se les nota el fastidio por el operativo militar fallido pero no parece afectarles el espanto de cuatro años de matanzas.
2. Un diputado del Partido Popular se atreve a reconocer el fiasco y cuestiona, sin mencionarla, la facundia épica de José María Aznar en las Azores. Otro miembro del PP, con media sonrisa en la cara, reconoce la causa de su derrota electoral: haber metido a España en la guerra. Esta consideración utilitarista no repudia el desastre sino el coste que se ha pagado por él.
3. El discurso del presidente de los Estados Unidos se lee como si los cuatro años transcurridos desde el inicio de la guerra exigieran una explicación sobre el sentido que tiene enviar a los jóvenes soldados a dominar, matar y morir. Sin embargo, el recurso presidencial consiste en evitar la desesperación. Como Bush descarta la opción de dimitir o hacerse el harakiri, el discurso vigente asegura que sacar las tropas americanas de Irak supondría desencadenar un conflicto regional de consecuencias imprevisibles. Es decir, si Estados Unidos abandona Irak todo seguirá como hasta ahora: un conflicto regional de consecuencias imprevisibles.
4. Es formidable el esfuerzo invertido por la administración republicana en modificar la percepción de la realidad. Los sabuesos de Washington tenían en Oriente Medio el mejor centinela que podían imaginar para vigilar sus intereses estratégicos. Se llamaba Sadam y lo ahorcaron hace poco. Ahora, algunos teocon rezan para encontrar al hombre fuerte que someta a las facciones iraquíes, gobierne con mano de hierro al levantisco país árabe y saque los dientes a los vecinos: a los persas de Irán y al hermético sirio.
5. Algunos comentaristas hablan de una guerra civil “larvada”. Como si los 600.000 muertos caídos en Irak desde el día de la invasión no fueran más que un preámbulo a la verdadera guerra civil que seguirá asolando durante muchos años la región.
6. Lecciones de la actual catástrofe moral: el gobierno norteamericano miente y se pone al frente de una descomunal maquinaria bélica y política. Para justificar la invasión, agita banderas de guerra y enumera sus beneficios para la comunidad política mundial. Solución definitiva al conflicto palestino israelí, bajada de los precios del petróleo, democratización de un país sometido al capricho de un dictador, contagio democrático a los países vecinos, suprimir las bases del terrorismo internacional…
7. Hay que comprender la estrategia publicitaria de la Casa Blanca y la eficacia de su hipnosis. Obviamente, el comprensible trauma por la caída de las torres de Nueva York influyó en la postración intelectual y política –como si entonces no fuera pertinente discutir la furia vengativa de la Casa Blanca.
8. ¿Será siempre tan fácil manejar la crédulidad de la opinión pública?