Basilio Baltasar
Los buenos propósitos no siempre caen en saco roto. Voy a intentar que algún amigo lo crea y me cuente luego cómo sale del ejercicio. Se trata de una dieta experimental para desintoxicar la mente. Consiste en no leer la prensa, no escuchar la radio, no ver la televisión ni navegar por las redes sociales durante un año. ¿Cómo regresará un hombre entrenado en la realidad? ¿Cómo interpretará las noticias del mundo? La hipótesis puede formularse de este modo: la información satura nuestro circuito cognitivo y modela la ficción que nos envuelve. El perverso efecto de la algarabía global (hecha con las consignas tóxicas de prescriptores y followers) es que a cambio de la propia vida tangible, el individuo adopta las creencias de una comunidad imaginaria. Esta mimesis es la que conduce la fatalidad contemporánea: entre las dos únicas opciones, nadie vislumbra la tercera alternativa.