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Escrito por

Iván Thays

Iván Thays es escritor peruano (Lima, 1968) autor de las novelas "El viaje interior" y "La disciplina de la vanidad". Premio Principe Claus 2000. Dirigió el programa literario de TV Vano Oficio por 7 años. Ha sido elegido como uno de los esccritores latinoamericanos más importantes menores de 39 años por el Hay Festival, organizador del Bogotá39. Finalista del Premio Herralde del 2008 con la novela "Un lugar llamado Oreja de perro".

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La Gran Novela sobre la poesía

carátula de la novela ?El eslabón perdido entre John Updike y David Foster Wallace? así califican, según Rodrigo Fresán, al norteamericano Nicholson Baker que en la novela El antólogo (Duomo editores) hace de un crítico literario en sequía un personaje memorable, según Fresán en el ABCD Las Letras del diario ABC. Dice la reseña:

Y convengamos en que si había alguien capaz de escribir la Gran Novela Sobre La Poesía, ese alguien es Nicholson Baker trayéndonos otro de sus especímenes polimorfos y perversos. Porque, de acuerdo, El antólogo es una novela pero, también, es una profunda reflexión, un manual de instrucciones, una sinuosa clase magistral sobre la vida y obra en estrofas, y hasta un poco ortodoxo libro de autoayuda para personas con el corazón roto y expirando pero con la inspiración entera en su cerebro. Conozcan entonces al un tanto irritante y quejoso y mediano poeta Paul Chowder -para quien la poesía es «una forma controlada del llanto»- quien intenta, en vano, escribir un prólogo para una antología de rimas (a cambio de 7.000 dólares) mientras trata, más en vano aún, de olvidar a la novia que lo ha abandonado. Y eso es más o menos todo. O no. Está bien: hay una excursión para recoger frutos silvestres, algo de carpintería doméstica (y heridas en el dedo), un viaje a Suiza donde las lágrimas y los acontecimientos se precipitan (pero no demasiado), y una defensa de la música de ZZ Top. Patrocinio espiritual También una avalancha de recuerdos (entre ellos los de una maestra maléfica que le asegura a su clase que «la poesía no tiene por qué rimar») y un torrente de digresiones (sobre la naturaleza de las situation-comedies televisivas a ser consideradas en el futuro como «el gran género artístico americano», de las muchas pulgas de los perros y las pocas pulgas de The New Yorker y del cómo abrir una puerta, etc.) con el patrocinio espiritual de gente como Pound, Swinburne, Muldoon, Yeats, Fenton, Roethke, Eliot, Elizabeth Bishop, Chaucer, Hughes, McLeish, Ashbery, Basho, Simic, Rosetti, O´Hara? y siguen las firmas. Y -golpe a golpe, verso a verso- luego de tanto sufrir, las cosas no acaban del todo mal para Chowder. Aunque no por eso deje de despedirnos y advertirnos de que «un día perecerá la lengua inglesa. Esa facilidad para hablar perecerá y se pondrá negra y quebradiza y se convertirá, como el latín, en un lenguaje que aprende la gente instruida? Aunque así sea, lo que quiero es estar tumbado en la cama y simplemente leer poemas de vez en cuando, y no mirar la tele». Y -está claro que el gentil Chowder no es el iracundo Dylan Thomas- lo suyo no es aquella «rabia contra la muerte de la luz». Pero -mejor que nada es- no deja de ser algo, de ser bastante.

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23 de octubre de 2010
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Tolstoi a los 34 años

Grazia Livi No sé si Alfaguara traerá este libro para la Feria del Libro Ricardo Palma que se inicia dentro de poco. Pero sí puedo adelantarles que espero tenerlo pronto. El tema me ha hechizado. El título es El esposo impaciente y es de Grazia Livi, una autora de la que no tenía noticia. La reseña es de María Elena Cruz en El Cultural:

Aunque la voluntad del crítico no sea la de hacer distinciones entre un fabricante de ficción, un contador de historias y un hacedor de literatura, las diferencias saltan en cuanto se adentra en un libro como El esposo impaciente y registra ese ilimitado placer de la exaltación estética que dilata el espíritu, eleva la conciencia a cotas de belleza que le hacen creer que, todavía, entre el cielo y la tierra nada es imposible. Relato o novela breve por su extensión, no por su intensidad, en estas páginas la periodista, narradora y ensayista Grazia Livi (Florencia, 1930) recoge un episodio de la vida de Tolstoi. Comienza el 22 de septiembre de 1862, día en que el conde, de 34 años, contrae matrimonio con Sofía Bers, de 18, a quien conoce desde la infancia. Durante el viaje de novios desde Moscú a Yásnaia Poliana, feudo del conde Tolstoi, utilizando el presente narrativo para aproximarse al pasado y al futuro del matrimonio,en 167 páginas Livi atrapa las zonas más luminosas y también las más lóbregas de un ser extraordinario en pugna consigo mismo, empeñado en derrotar su propia naturaleza. En el diálogo interior de ambos protagonistas resaltan la difícil comunicación de la pareja, las expectativas tan dispares que han puesto el uno en el otro, así como la dualidad del genio, que va desde la agotadora exaltación mística del buscador nato, a la brutalidad del macho elemental, pasando por el desasosiego del observador quien, como un tercero, juzga y condena. En contraste, la ingenuidad de la niña asustada y confusa que trata de hallarse a sí misma en su nuevo rol junto a su ídolo, ahora corporeizado. Con fragmentos de cartas, anécdotas y datos biográficos, Livi se lanza a las cavernas de estas respectivas personalidades sin dudarlo, dando muestras de una profunda comprensión del alma humana, esculcando entre lo visible y lo invisible y sobre todo, haciendo gala de dominio del reino de las palabras y su servidumbre a las emociones. Éste es un libro esclarecedor, lírico, abundante en antiiluminaciones. Una historia de pasión y desencuentros que nos lleva a preguntarnos si en verdad sabemos algo del amor o si, en realidad, llamamos amor a nuestros más oscuros deseos. 

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22 de octubre de 2010
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"Liberation" sobre antología de cuentos

Antonio José Ponte, sorprendió en antología La revista francesa Liberation ha hecho un comentario sobre el libro editado por Gallimard, y prologado por Mario Vargas Llosa, titulado Les Bonnes Nouvelles de l?Amérique latine. Anthologie de la nouvelle latino-américaine contemporaine y antologado por Gustavo Guerrero y Fernando Iwasaki.  El autor de la nota destaca varios cuentos (entre ellos el mío, Lindbergh, lo cual agradezco) pero se deja sorprender especialmente por dos autores: Juan Gabriel Vásquez y Antonio José Ponte. Dice la nota:

Adage baroque, sans verbe : le bon, si bref, deux fois bon. Voici une anthologie du bref sur le continent (et ses îles) dit baroque, adjectif que l?usage a usé, sauf dans les églises et la jungle. Les 32 auteurs sont nés après 1960, un par nouvelle et tous dans une langue, l?espagnol. Beaucoup sont également romanciers : on connaît ici le Colombien Juan Gabriel Vasquez, l?Argentin Rodrigo Fresán (dont le Seuil publie le Fond du ciel, qui développe le même univers de mort-vivant télé onirique que la nouvelle ici reproduite, déjà ancienne), les Mexicains Guadalupe Nettel et Ignacio Padilla, les Cubaines Ena Lucia Portela et Karla Suarez. La plupart des autres n?ont jamais été traduits : excellent banc d?essai. Virtuosité. Mario Vargas Llosa, nouveau Prix Nobel de littérature, a écrit la préface : «Contrairement à ce qui se passait en Europe, en Amérique latine la nouvelle demeura toujours vivante en dépit des difficultés. Bon nombre d?écrivains latino-américains ont construit des mondes originaux et complexes en utilisant exclusivement ou principalement cette écriture resserrée, difficile et rigoureuse de la nouvelle qui, par sa brièveté, sa densité et son perfectionnisme, est plus près de la poésie, voire de la musique, que du roman.» Flattant la virtuosité discrète de cette nouvelle génération, il en profite pour régler leur compte au formalisme et à la littérature engagée qui donnaient le ton dans sa jeunesse. Le dernier qui survit a raison. La littérature d?Amérique latine s?est largement construite par le texte court : Borges, Onetti, Rulfo, Cortazar, Piñera, Quiroga, Monterroso l?ont chacun réinventé. Vargas Llosa, comme Carpentier et García Márquez, a commencé par en écrire de remarquables. La nouvelle, c?est un quatuor à cordes : non pas une ébauche, ni un squelette de symphonie romanesque, mais une ?uvre en soi, qui concentre dans une forme parfaite les possibilités mélodiques et harmoniques d?un artiste, mélodie de l?individu, harmonies du monde qui l?environne. Il y a des quatuors de jeunesse, de maturité, des musiciens dont c?est l?espace primitif, celui où l?oreille s?exprime le mieux. Longtemps, ces quatuors ont joué là-bas dans la forêt, au c?ur du désert, dans les champs et le long des fleuves. Ils jouent désormais davantage en ville. Le monde qu?ils donnent à entendre est toujours étouffant politiquement, familialement. Le machisme, l?inceste, la haine dans les familles fleurissent comme au bon vieux temps. Quant à l?amour, il reste la chose la plus belle et la plus invivable. On trouve des antihéros saisis par l?événement collectif. Dans le Loup-garou du boulevard, le Vénézuélien Pedro Carmona suit un homme qui traverse la ville pour commencer un boulot d?employé dans une boutique d?électroménager tenu par un Portugais : «Le Portugais a passé quelques coups de fil pour se renseigner sur ses commandes, mais il n?a eu personne. Je l?ai regardé pendant un moment. Je peux jurer qu?il avait plus de poils que le matin à mon arrivée. Ses joues étaient en train de se couvrir de poils [?] Quel type, ce Portugais, et malgré tout ça il était capable de se prendre un café.» «Tout ça» : cette pilosité croissant pendant le coup d?Etat manqué contre Hugo Chávez, le 11 avril 2002. Que l?employé décrit comme Fabrice à Waterloo, sans savoir et sans comprendre. On vit tellement mieux ce qu?on ne comprend pas. Même processus à l??uvre dans Lindbergh, du Péruvien Ivan Thays (récit de l?enlèvement d?un enfant par son père, une célébrité télévisuelle qui se compare à l?aviateur Charles Lindbergh), ou dans la Nuit de Morgana, du Péruvien Jorge Eduardo Benavides : une jeune femme marche dans la nuit de Lima vidée par un couvre-feu militaire, poursuivie par les pas d?un homme. A Cuba, l?événement peut être naturel. Dans Ouragan, d?Ena Lucia Portela, c?est le redoutable ouragan Michelle (2001) qui emballe la vie d?une jeune Havanaise. Un frère est mort assassiné à Miami, l?autre veut croire en Dieu dans un pays qui ne croit en rien. Elle prend une vieille camionnette et roule dans La Havane pour disparaître pendant la tempête : «J?étais comme un fantôme parcourant une ville fantôme. Pour la première fois depuis des années, je me sentais heureuse.» Dans l?ouragan, il est une île dont on ne peut sortir. L?homme latino-américain reste arrosé par la violence du climat politique. Désormais, il promène en ville, comme un cow-boy sans horizon, sa silhouette errante et solitaire. Rio Bravo. D?autres nouvelles sont efficacement réalistes : la Vitrine aux rêves, du Mexicain Eduardo Antonio Parra, dévoile la conscience d?un homme qui regarde par-dessus le Rio Bravo et rêve de passer la frontière pour rejoindre les Etats-Unis, où son père a disparu. Il y a du réalisme fantastique (Chair, du Cubain Ronaldo Menendez), de l?exercice de style néo-borgésien (les Antipodes et le Siècle, du Mexicain Ignacio Padilla), de la fantaisie libertine (la Collectionneuse, de Karla Suarez), du récit de bleu au c?ur et à l??uvre (Canapé bleu, de l?Argentine Maria Fasce) ou d?écrivain raté (la Plume de Dumbo, du Mexicain Alvaro Enrigue), bref, de tout ce qui fait qu?une littérature n?est jamais l?effet d?un mouvement ou d?une théorie. Deux nouvelles, finalement, se détachent : Aéroport, de Juan Gabriel Vasquez, où l?auteur est figurant sur le tournage des Neuf Portes, de Roman Polanski, à Roissy, transformé en Madrid-Barajas. Ce conte amphibie est le tango que dansent fiction et réalité dans la vie de l?auteur, du narrateur, du lecteur et de Polanski. Le dernier texte du recueil, la Requête d?Ochun, du Cubain Antonio Jose Ponte, est la queue du paon. C?est l?histoire, racontée par son patron, d?un apprenti boucher dans le quartier chinois de La Havane. Il a pour sa femme, une métisse, un amour fou : «Penché sur les yeux de Luminaria Wong, on pouvait deviner une clairière dans les bois et l?un de ses lointains ancêtres dialoguant avec un animal beau comme une apparition. Les yeux de Lumi provenaient de cet animal.» C?est un éléphant. Un jour, pris d?une jalousie folle et sans raison, le boucher enferme sa femme qui s?est cachée sous le bac à lessive (lieu essentiel à Cuba) en scellant des barreaux. Mais Luminaria est fille d?Ochun, puissante déesse sensuelle et patronne de l?île : quand il revient, elle a disparu. Ligne. Pour apaiser Ochun et retrouver «Lumi», il doit offrir un c?ur d?éléphant. Il le tue dans le zoo de La Havane, ça rate, puis part en Angola, où les Cubains mènent une guerre : «Pour qui voulait voir des éléphants en liberté, nous avions nos guerres d?Afrique.» On y apprendra comment tuer la bête, découper son c?ur et mourir. Le récit fait écho à Comment j?ai tué un éléphant, un texte de George Orwell datant de 1936, état nerveux des lieux coloniaux. Orwell écrit : «J?ignorais alors que, pour abattre un éléphant, il faut viser une ligne imaginaire allant d?un trou de l?oreille à l?autre.» Ponte reprend cette phrase et conclut : «Un animal né pour saccager la forêt doit donner autant de mal que les arbres de la forêt quand on les coupe.» C?est l?amour, une bête lointaine et difficile.

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22 de octubre de 2010
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Las memorias de la viuda

Eva Gabrielsson Eva Gabrielsson, la viuda de Stieg Larsson, ha decidido publicar sus memorias. Una jugada que seguro le dejará dinero y peores relaciones con los hermanos de Stieg, quien la tienen entre ceja y ceja.  La nota es de la revista Ñ

Eva Gabrielsson, viuda del autor de la trilogíaMillenium, Stieg Larsson, publicará en enero una autobiografía que dará detalles acerca de las diferencias familiares sobre la herencia de quien fue su pareja durante 32 años. Según explicó una portavoz de la editorial Actes Sud, responsable de la edición del libro, éste se titulará Millenium. Stieg et moi(Millenium, Stieg y yo) y no obviará el enfrentamiento que mantiene Gabrielsson con el padre y con el hermano de Larsson, por los ingresos de las 30 millones de copias de la obra póstuma del escritor sueco.?Las memorias cuentan un poco el conflicto, pero sobre todo su trabajo (de Larsson) como periodista contra los fascistas. Es un libro que servirá para conocer quién era?, comentó la portavoz de la editorial acerca del fallecido autor.Las cerca de 200 páginas de Millenium. Stieg et Moi saldrán a la venta en Francia el próximo 19 de enero y ?quizá después en Noruega?. Por ahora no está previsto que el libro se traduzca al español o al inglés, pero tampoco se ha descartado, señaló la representante de Actes Sud. El libro es el ?diario de una mujer en duelo? y ?un testimonio de su vida con Stieg Larsson?, más que ?la batalla con la familia? del escritor, agregó la fuente.

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22 de octubre de 2010
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Vargas Llosa en Fránkfurt

Mario Vargas Llosa en Nueva York Manuel Rodríguez Rivero escribe para ?Babelia? de El País una semblanza de cómo fue recibido el Premio Nobel a Vargas Llosa en Fránkfurt. Dice:

Lo mejor de la Buchmesse es que exista. Fráncfort continúa sin rival en el calendario anual del mercado internacional del libro (la Book Fair de Londres, que todavía se está recuperando del desastre de la nube tóxica, no le llega a la suela del zapato). Además, este año lo de Vargas Llosa ha sido una alegría. Insisto: desde el concedido a Günter Grass (1999), no recuerdo un Nobel recibido con más entusiasmo por la comunidad de los feriantes. El maestro Vargas es el más universal de los novelistas hispánicos vivos. Resulta grande incluso cuando afloja. Como decía Javier Cercas en este mismo periódico: ?Cuando parece que no está en plena forma, está más en forma que la inmensa mayoría de los novelistas cuando están en plena forma?. Y desde muy jovencito: como Orson Welles (Ciudadano Kane), Stanley Donen (Cantando bajo la lluvia), Thomas Mann (Los Buddenbrook) o Carson McCullers (El corazón es un cazador solitario), Vargas Llosa terminó su primera obra maestra bastante antes de cumplir treinta. Y desde entonces no ha parado de regalarnos historias y personajes. Y de reflexionar lúcidamente acerca de su oficio y de los libros de los otros. Estos días, y antes del premio, en Fráncfort también se habló de su inteligentísima agente, Carmen Balcells, que de nuevo ha conseguido una página de publicidad gratuita en un periódico de gran tirada (¿recuerdan la entrevista que concedió a La Vanguardia en abril?: yo la tengo fijada con tachuelas a la pared, al lado de una foto de Einstein). Esta mujer es un genio: hace lo que se le antoja con los medios y con los editores. Pero, hay que reconocerlo, cuida y ama a (algunos de) sus autores. Ahora, con esto del premio a Vargas, una vez más le ha venido a ver Dios (en su avatar de Alfred Nobel).

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21 de octubre de 2010
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"El error" de César Aira

César Aira César Aira dice que no corrige, que cuando sale un error lo deja ahí, lo deja estar. Difícil creerlo. Pero al menos con esa idea ha hecho una novela titulada, justamente, El error y que ha presentado en España. Dice la nota en Ñ:

César Aira ansía la libertad de los artistas contemporáneos que pueden cambiar de formato con facilidad y por ello se decanta por una escritura ?imprevisible? que se ha convertido en el sello de identidad del autor argentino, como una vez más pone de relieve en su nueva novela, ?El error?. Y así convencido de que ?ser previsible es lo peor que le puede pasar a un escritor?, Aira, uno de los escritores argentinos más prolíficos, avanza en su carrera literaria sin volver la mirada atrás y presenta en España su última obra, que llegará a América en los próximos meses.Al buscar la génesis de esta novela, el escritor explica que ?El error?, al que el narrador se asoma desde la puerta de un ataúd que adorna la portada del libro, tiene que ver con su ?técnica de escribir?. ?Si cometo un error, si una página me sale mal, nada de cambiarla sigo adelante y no la corrijo. A veces siguiendo adelante los errores se capitalizan y dejan de ser errores?, indica Aira (Coronel Pringles, 1949). Y esta técnica, justifica el autor de más de una treintena de novelas, además de un buen número de traducciones, ensayos y cuentos, es lo que le da ese aire ?un poco inesperado y sinuoso a lo que escribo?.?El error?, basada en una experiencia real del autor, comienza con la visita de una pareja, con disputas cotidianas, a un jardín de un país exótico en el que se ubica un pabellón de esculturas. A partir de este escenario las historias se encadenan hasta darse la mano un bandolero -protagonista de una saga literaria que causa furor entre las mujeres de una prisión- con una mujer que huye tras creer haber asesinado a su marido y que a punto ha estado de librarse de la cadena perpetua. Sin olvidar, el rol protagonista de la azarosa vida de un escultor que lo perdió todo. Y es que el arte es para César Aira una gran fuente de ?sugerencias e inspiración?, sobre todo las nuevas corrientes de arte contemporáneo, pese a que se confiesa un devoto de Velázquez y de ?Las Meninas? por lo ?extraño y ?enigmático? del cuadro. ?Vistas desde una mirada hostil estas corrientes (contemporáneas) pueden parecer extravagantes y provocativas, pero también tienen esa libertad de creación que a veces no falta a los escritores?, asegura César Aira. (?)Se decanta por la novela corta, por ser el género que le ofrece más libertad y por su ?laxitud?, porque, explica, a diferencia del poema o el cuento ?no tiene una exigencia de calidad tan alta?. El propio autor se inscribe en la corriente surrealista que aún se mantenía viva en Argentina en los años sesenta y pese a que Córtazar fue ?un gran amor de juventud? considera sus maestros a Borges, Machado de Assis o César Vallejo.César Aira, que ya prepara un nuevo trabajo sobre los indios de Argentina, aprovecha su visita a España para participar en el seminario que sobre arte contemporáneo y literatura se inaugurará mañana en la Casa Encendida de Madrid, donde intervendrá en su jornada de apertura. En cualquier caso, su pasión por el arte se queda sólo en ?afición y en divertimiento?, al considerar que tanto en la literatura como en la plástica o la escultura hay que ?jugarse todo?, de lo contrario ?no cala?, concluye. 

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20 de octubre de 2010
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me pongo triste cuando pienso

óleo de Lucio Fontana CARTA Queridos filósofos: me pongo triste cuando pienso. ¿A vosotros os pasa lo mismo? Justo cuando estoy a punto de hincar los dientes en el noumenon, alguna novia antigua me viene a distraer. ?¡Ni siquiera está viva!? grito a los cielos.

La luz invernal me hizo tomar ese camino. Vi lechos cubiertos con frazadas grises idénticas. Vi hombres de mirada sombría sosteniendo mujeres desnudas mientras las maguereaban con agua fría. ¿Era para calmarles los nervios o castigo?

Fui a visitar a mi amigo Bob quien me dijo: ?Alcanzamos lo real cuando vencimos la seducción de las imágenes?. Yo estaba dichoso, hasta que me di cuenta de que tal abstinencia nunca sería posible para mí. Me sorprendí mirando por la ventana.

El padre de Bob llevaba a su perro a pasear. Se movía dolorosamente; el perro lo aguardaba. No había nadie más en el parque, sólo árboles desnudos con una infinidad de formas trágicas que hacían más difíciles las cosas.

CHARLES SIMIC

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19 de octubre de 2010
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LA CASA DEL MIRADOR CIEGO de Herbjørg Wassmo

RESEÑAS SIN PLUMAS Por Oscar Pita Grandi UN MECANISMO DE RELACIONES HUMANAS ATORMENTADAS El libro comenzó con un sonido: el viento y el hielo que se resquebraja y una niña a la orilla del mar. Y luego de leerlo, imposible no creerle a Herbjørg Wassmo (Vesteråles, Noruega, 1942) sobre el origen de esta historia. ?La Casa del mirador ciego? es una novela silenciosa, incómoda, construida con una simpleza y belleza admirables, poética en sus detalles casi austeros y narrada desde un punto de vista femenino, infantil, casi inocente. Un punto de vista que no emite juicios de valor sino que ofrece los hechos desde una consciencia limitada, casi inmediata, profundizando tan sólo en el pensamiento de Tora, la niña protagonista.  1955. En una isla de los fiordos al norte de Oslo, donde todo llega con cinco años de retraso con respecto de la capital noruega, se yergue a lo alto una casa de barandas y ventanas cerradas con tablones que da título a la novela. Una casa señorial, antigua y ya decadente desde la ocupación alemana en la 2º Guerra Mundial, convertida en residencia de familias humildes en aquella isla básicamente dependiente de la pesca. La llaman El Hormiguero. Tras sus muros cada quien vive su propia historia. Las paredes lo oyen todo pero callan (?Pero sobre las seis de la mañana un grito animal desgarró el aire. Atravesó todas las cabezas del Hormiguero y cada uno pensó lo suyo?). Tora vive en El Hormiguero. No es agraciada. Es hija de un prófugo soldado alemán y madre noruega, Ingrid. Eso la hace diferente en La Isla. Pero no conoció a su padre. Ingrid se casó luego con un soldado noruego. Tullido y alcohólico. Henrik es su nombre. Henrik abusa de Tora algunas noches. La peligrosidad llama Tora a eso que la hace sentirse sucia. Ingrid no lo sabe porque trabaja también de noche en la factoría fileteando pescados. Tora calla. Juega con los demás niños del Hormiguero. Va a la escuela en la granja. Tiene a su tía Rakel, hermana mayor de Ingrid. Rakel es buena, decidida, no tiene hijos. Su esposo, Simón, tiene un almacén y un barco pesquero. Rakel, Ingrid y Tora forman un triangulo capaz de resistirlo todo en aquel pueblo machista y solitario. Casi todo. Desde las primeras páginas Wassmo nos advierte de la peligrosidad. Pero no quiere ser morbosa y mantiene cierto pudor en los detalles. Le interesa la tensión y la angustia que ello produce en Tora, los mecanismos de evasión de aquella realidad imposible de vencer con las manos. Un acto repudiable y privado que junto a la condición de ser hija de alemán la hace dudar incluso de Dios y de la bondad que existe en el mundo. Pero no se rinde. Su tía Rabel (?Las culpas del mundo son de los hombres y de Dios, ellos hacen la guerra, no las mujeres?) es la contraparte de fortaleza que le falta a Ingrid, su madre. La amistad con Fritz, un amable niño sordomudo, la anima. En El Hormiguero no hay tiempo para el resto, sólo para uno mismo y sus problemas. Prevalece un orden inquebrantable. El uso de las letrinas. Los turnos para lavarse. Donde no hay leyes establecidas crecen otras formas de castigo. ?La casa del mirador ciego? lejos de tomar lo pederasta como una cuestión melodramática, prefiere utilizarlo de palanca para echar a andar un mecanismo de relaciones humanas atormentadas por la falta de oportunidades y la resignación, tanto dentro como fuera de la familia. Un silencioso machismo invencible como la nieve que se hace esperar. La necesidad de combatir la soledad en aquellos parajes nórdicos, o tan blancos o tan negros, conduce a sus habitantes a tener una baja expectativa de felicidad, les reduce la autoestima y los confunde. Lo que sucede en el presente es lo que sucederá por mucho tiempo. Las pocas alegrías son pequeñas, inocentes y casi una burla. Las culpas y temores callados confunden los límites del amor hasta extenderlos muy cerca de lo injusto. HerbjørgWassmo nos muestra que el vínculo entre las mujeres de La Isla es muy fuerte pero insuficiente y limitado por la brutalidad y el cinismo de los hombres. ?La casa del mirador ciego? es una novela de género pero ante todo es una novela humana. Pone de manifiesto la gran fortaleza e inteligencia de las mujeres en situaciones límite, y delata las falencias de un sistema que no sabe funcionar sin favorecer a los varones. Personalmente hubiera preferido una Tora menos pasiva y rebelde. Una Tora quizás con algo de Céline, la adolescente protagonista que la escandaliza con su maldad en ?Buenos días tristeza?. Pero finalmente la nieve enseña a ser paciente. Cuando no queda más que frío y soledad no queda mucho espacio para la esperanza. Pero, ¿Dios la habrá oído? ?La casa del mirador ciego?, primera novela de Wassmo, fue nominada al Premio de Literatura del Consejo Nórdico y obtuvo el Premio de la Crítica. Es la primera parte de la ?Trilogía de Tora?, con un final más que suficiente para querer leer las próximas novelas de la saga. ¿Una Tora a lo Antoine Doinel? Con la segunda parte Wassmo ganó el Premio de los Libreros y, finalmente, en 1987, el premio del Consejo Nórdico con el último libro de la trilogía, ambos de próxima publicación en castellano.  La casa del mirador ciego Herbjørg Wassmo Nordica, 2010

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19 de octubre de 2010
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