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French connections

Por 7 de enero de 2008 Sin comentarios

Andrés Ortega

 

Zapatero y Sarkozy, están a partir un piñón. Pero España y Francia no acaban de estar conectadas, especialmente en sus redes energéticas. Llevan 24 años intentándolo, sin éxito debido a la cerrazón francesa, pero también a ciertas resistencias de este lado de la frontera. Interconectarse debe ser ahora la prioridad de ambos, si realmente se trata de construir una relación de interdependencia, y es el reto que tienen ante sí de cara a su cumbre bilateral en París el próximo jueves en que se ha de decidir construir una interconexión eléctrica, está por ver si a plazo fijo.

No toda la música que viene de Francia suena a celestial. En el país vecino está de regreso, si alguna vez desapareció, el soberanismo  tanto que en 2006, Jean François Roverato, presidente de la constructora Eiffage, para oponerse a la toma de control por Sacyr-Vallehermoso llegó a decir en 2006 -en una comisión en el Senado francés (significativamente sobre "la noción de centro de decisión económica y las consecuencias relativas al atractivo del territorio nacional")- que "Felipe II demostró que era imposible gobernar Europa desde Madrid" y que esperaba que "sus descendientes indirectos dirijan su voluntad de revancha contra otro objetivo que Eiffage". No es el espíritu algo más abierto que reina en España, ni la visión geoestratégica de Sarkozy que le da una importancia especial al sur de Europa en sí y ante sus desavenencias con Merkel. En todo caso, esta España europea nunca se ha planteado "gobernar Europa". No se puede decir lo mismo de París.

Ambas economías están sumamente interrelacionadas, y además, Alonso ha vuelto a Renault. Estas relaciones franco-españolas van mucho más allá de la lucha contra ETA para la que Sarkozy le ha dado prácticamente un cheque en blanco a Zapatero, no cuestionando, al menos públicamente, la política antiterrorista, la actual o la anterior, del Gobierno. A este respecto, ha resultado más fácil el consenso transpirenaico que el nacional.

Pero 22 años después del ingreso en la hoy UE, España sigue siendo una isla en algunos sentidos, y muy especialmente el energético. En este sector, ni en la electricidad (salvo en una pequeña medida) ni en el gas,  España está conectada al resto del Continente. Y dentro de España, quién más padece esta situación es Cataluña, y dentro de Cataluña, Girona, con un déficit eléctrico que se subsanaría con una interconexión con Francia, gran exportadora de electricidad proveniente de su apuesta estratégica por la energía nuclear. Pero durante años a Francia no ha parecido interesarle demasiado esta interconexión. Por una parte le está vendiendo suficiente energía a Italia y a Alemania. Por otra, la oposición ecologista en varios municipios del sur de Francia al paso de una línea de alta tensión que implicaría dicha interconexión se ha convertido en obstáculo o excusa para no hacer nada. También hay una oposición ecologista a esta interconexión de esta parte de los Pirineos, en algunos de los municipios fronterizos de Girona. Muchos quieren la electricidad, pero no que pase la línea por su territorio. Algo habrá que hacer.

De cara a la cumbre se ha preparado una solución que pasa por el soterramiento de esta línea, financiada por una empresa mixta. ¿Con mapa y fechas? Ante las municipales francesas del 9 y 16 de marzo, no es fácil que se llegue a precisar tanto. La capacidad de presión del movimiento ecológico a este respecto es muy superior a su aritmética electoral.  Pero por ello mismo es importante el compromiso que puedan sellar Sarkozy y Zapatero, y que el presidente francés marque un punto de inflexión respecto a sus predecesores a este respecto.

En lo que sí está interesada Francia es en recibir más gas (argelino) a través de España. España debería hacerla valer para conseguir la eléctrica y otras. El posible gaseoducto está en estudio. Podría conectar a España a la red que llega hasta Rusia, aunque al final no sea el gas ruso el que llegue a nuestro país. Finalmente, quedan las interconexiones por carretera. De hecho se está elaborando un nuevo mapa de infraestructuras Francia- Península Ibérica con 2030-2040 como horizonte.

En el anterior Foro civil España-Francia celebrado en París en octubre se plantearon todas estas interconexiones como prioritarias, como "una cuestión de credibilidad" de las relaciones entre ambos países, según un alto responsable francés. Cuando se van a cumplir 200 años del levantamiento del 2 de mayo, las relaciones entre España y Francia han de dar el salto al siglo XXI de la mano de estas interconexiones.   

Publicado en El País el 7 de enero de 2007

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Andrés Ortega

Andrés Ortega Klein nació en Madrid en 1954. Es hijo de español (José Ortega Spottorno fundador de Alianza Editorial y de El País e hijo a su vez de José Ortega y Gasset) y francesa (Simone Ortega, autora de 1.080 recetas de cocina). Estudió bachillerato francés en Madrid, se licenció en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense y posteriormente realizó un Master en Relaciones Internacionales en la London School of Economic (LSE) con una beca de la Fundación March. En Londres inició su carrera periodística como corresponsal para El País, pasando posteriormente a Bruselas donde cubrió el final de las negociaciones de ingreso de España en la hoy Unión Europea.  Durante la primera Presidencia española del Consejo comunitario en 1989, trabajó como asesor ejecutivo para el entonces ministro de Asuntos Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez. A principios de 1990, pasó al recién creado Departamento de Estudios de la Presidencia del Gobierno encabezado por Felipe González, que dirigió entre 1995 y 1996. Se incorporó entonces a la sección de Opinión de El País como editorialista y columnista. En 2004, se convirtió en el primer director de Foreign Policy Edición Española (FP), publica por la Fundación FRIDE.  Junto a su labor de análisis de la realidad internacional en El País y en FP, ha publicado en numerosos medios especializados en España y otros países y participado en los principales foros. Ha publicado cuatro libros: El purgatorio de la OTAN (1986), La razón de Europa (1994); Horizontes cercanos: Guía para un mundo en cambio (2000) y La fuerza de los pocos (primavera de 2007). En 2002 fue galardonado con el Premio Madariaga de Periodismo Europeo (prensa escrita).

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