Skip to main content
Blogs de autor

Desestructurar Palestina

Por 5 de febrero de 2008 Sin comentarios

Andrés Ortega

Pese al supuesto proceso abierto en la cumbre de Annapolis, la paz basada en dos Estados, uno israelí y otro palestino, se aleja por razones coyunturales, y por razones demográficas. Hace unos años, varios analistas, en general de la derecha americana e israelí e incluso el laborista Shimón Peres, propusieron que se quedara un sólo Estado, Israel, y que Palestina fuera unida a Jordania. La crisis de Gaza lleva a algunos a dar un paso más en este tipo de solución: que la franja se incorpore en Egipto.

Daniel Pipes, un analista que algunas veces refleja puntos de vista próximos al Gobierno israelí presentó esta propuesta recientemente. "Washington y otras capitales deberían declarar fallido el experimento de autogobierno de Gaza y presionar a Hosni Mubarak de Egipto para que ayude, quizás proporcionando a Gaza tierra adicional o incluso anexionándola como provincia", lo que implicaría que El Cairo se haría responsable de su seguridad.

El presidente egipcio ya lo ha rechazado. Incorporar Gaza a Egipto (donde ya estuvo hasta 1967) conllevaría revisar los acuerdos de Camp David de 1978 entre Israel y Egipto, lo que no parece viable. Incluso habría que revisarlos para la opción de que Egipto se encargara de la frontera con Gaza. Podría ofrecer a los habitantes de Gaza más terreno en el Sinai para expandirse, pues la franja, con 1,4 millones de habitantes, es uno de los lugares con más densidad de población de la zona. Esta segunda opción sería una posibilidad que no se ve mal en un Israel que así podría cerrar sus contactos con la franja a cal y canto, y casi desentenderse aunque seguiría controlando las fronteras y al espacio aéreo y marítimo de Gaza.

El derribo hace unos días del muro en el paso de Rafah entre Gaza y Egipto fue una operación preparada con bastante antelación por Hamás -que reflejó la desesperación de la población de 1,4 millones-. Los servicios egipcios debieron estar al tanto, pues le pidieron al Gobierno de Israel que abriera otros pasos para quitar presión a lo que estaba a punto de ocurrir en Rafah. Pero Israel no movió un dedo. En todo caso, medios israelíes consideraron entonces que por ese agujero se colarían más terroristas. La cuestión no era si iban a atentar, sino cuando. Y la primera respuesta llegó ayer con el suicida en Dimona, que aunque Hamás no ha reivindicado, sí ha considerado "heroico" y "justificado".

Lo que ha ocurrido en Gaza en estos meses desde la victoria de Hamás en las elecciones al parlamento palestino a principios de 2006 ha servido, paradójicamente para impulsar el proceso con Cisjordania, aunque no haya dado ningún resultado concreto. Pero de no ser por Gaza y Hamás, nada se habría movido. Los que lo propugnan aún confían en que se produzcan mejoras económicas que los de Gaza vieran como el camino a seguir, y exigieran entonces nuevas elecciones. Pero lo que está claro es que sin Gaza no hay proceso de paz posible. Sólo el que llevaría a desestructuración de la idea de Palestina.

profile avatar

Andrés Ortega

Andrés Ortega Klein nació en Madrid en 1954. Es hijo de español (José Ortega Spottorno fundador de Alianza Editorial y de El País e hijo a su vez de José Ortega y Gasset) y francesa (Simone Ortega, autora de 1.080 recetas de cocina). Estudió bachillerato francés en Madrid, se licenció en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense y posteriormente realizó un Master en Relaciones Internacionales en la London School of Economic (LSE) con una beca de la Fundación March. En Londres inició su carrera periodística como corresponsal para El País, pasando posteriormente a Bruselas donde cubrió el final de las negociaciones de ingreso de España en la hoy Unión Europea.  Durante la primera Presidencia española del Consejo comunitario en 1989, trabajó como asesor ejecutivo para el entonces ministro de Asuntos Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez. A principios de 1990, pasó al recién creado Departamento de Estudios de la Presidencia del Gobierno encabezado por Felipe González, que dirigió entre 1995 y 1996. Se incorporó entonces a la sección de Opinión de El País como editorialista y columnista. En 2004, se convirtió en el primer director de Foreign Policy Edición Española (FP), publica por la Fundación FRIDE.  Junto a su labor de análisis de la realidad internacional en El País y en FP, ha publicado en numerosos medios especializados en España y otros países y participado en los principales foros. Ha publicado cuatro libros: El purgatorio de la OTAN (1986), La razón de Europa (1994); Horizontes cercanos: Guía para un mundo en cambio (2000) y La fuerza de los pocos (primavera de 2007). En 2002 fue galardonado con el Premio Madariaga de Periodismo Europeo (prensa escrita).

Obras asociadas
Close Menu