Víctor Gómez Pin
Reto para la filosofía. He venido sosteniendo que una filosofía natural que tenga en cuenta los desarrollos de la física de nuestra época se ve abocada a interrogarse muy radicalmente sobre la vigencia universal de ciertos principios que en columnas anteriores han sido enumerados (localidad-contigüidad, individuación, causalidad realismo…) los cuales parecían dar soporte básico a nuestra concepción de la naturaleza y a la esperanza (esencial para la física) de correctas previsiones sobre los fenómenos que en ella se despliegan. Pues bien:
Es necesario enfatizar que esta perplejidad filosófica no deriva de aspectos contingentes de la disciplina, sino de aspectos claves de la misma, por ejemplo de ciertos fundamentos de la
información cuántica que revolucionan el concepto de criptografía, con las enormes implicaciones prácticas que ello tiene en sociedades dónde la información es (para bien o para mal) una variable importantísima
Un índice de la trascendencia filosófica de lo que se dirime es el hecho de que la
sorprendente teoría física (en absoluto marginal o pintoresca) que afirma la existencia de múltiples mundos ortogonales entre sí es ante todo una tentativa de escapar a algunas de las implicaciones que para el concepto de naturaleza tiene la Mecánica Cuántica. Dicho abruptamente: la tesis de que se dan múltiples epifanías de una naturaleza que recuerda a la de siempre (por ejemplo por estar determinada en su comportamiento y devenir por leyes no dependientes de sujeto alguno) puede parecer menos chocante que la de aceptar una naturaleza tal como la interpretación canónica de la Mecánica Cuántica nos la presenta. O aun: para algunos más valen múltiples mundos como el conocido que un solo mundo cuántico. En cualquier caso se trata de asuntos que constituyen un reto esencial para la Filosofía, de ser cierto que "los hombres empiezan y empezaron siempre a filosofar movidos por el estupor".
Un raro estado físico ¿Cómo no va a constituir un desafío filosófico el hecho de que los principios de la mecánica cuántica posibiliten la superposición en una entidad indivisible de dos direcciones opuestas (spin arriba y spin abajo respectivamente de una determinada partícula)? Sea una peonza en movimiento. Es posible que estemos en condiciones de afirmar: hay cincuenta por ciento de probabilidades de llegar a constatar que gira hacia la derecha y cincuenta por ciento de llegar a constatar que se mueve hacia la izquierda, pero siempre que consideremos que esta incertidumbre es el índice de nuestra ignorancia de la cosa. Lo que de ninguna manera permite la concepción clásica de la naturaleza es decir lo que en ocasiones dice la física cuántica en relación a una partícula: el único estado físico que ahora podemos atribuirle es la superposición de movimiento hacia la derecha y movimiento hacia la izquierda. Otra cosa es que a la hora de verificarlo, y por el hecho de hacerlo, la partícula experimente una radical perturbación de este su estado físico, de tal manera que o bien se mueve hacia la derecha o bien lo hace hacia la izquierda, es decir: el estado físico de superposición plantea problemas de compatibilidad con la percepción, ya sea inmediata o sofisticada de los fenómenos.
Si consideramos que el estado físico de superposición es un caso relativamente menos problemático (para la concepción ortodoxa) que otros estados cuánticos (¡y precisamente por ello físicos!) comprendemos que algo de nuestra percepción de la naturaleza empieza
a ser problemático, y ello a la luz precisamente de lo que dice la física… es decir: la disciplina que determinaba mayormente lo que con legitimidad cabe pensar sobre la estructura del orden natural.