Eduardo Gil Bera
Una homonimia curiosa en italiano es la de saldo como «sólido» y «saldo». En latín, el significado primario de solidus es «solar», «hecho de la materia del sol». De ahí, aureus solidus, la moneda «de oro solar», el pleonasmo que recalcaba la pureza de la aleación, porque el oro venía del sol, era solar; y después el llamar «sol» a la moneda, y «saldo» a lo que se vende.
Donde más salta a la vista la relación entre el sol y la moneda de su nombre es en ibérico. En el plomo de Alcoy aparece dos veces Salirg, el dios Sol, por su importancia en el panteón ibérico y porque era el testigo por excelencia de los juramentos: los testigos divinos nombrados podían vengarse del perjuro. Salirg, derivado del sumerio zalaq «brillar», d’Zalaqqa «el dios Brillante», y del también sumerio dingir, digir «dios», ha quedado como un monumental arcaísmo sin otra referencia que la inscripción alcoyana. En cambio, su versión más tardía salir figura tropecientas veces en las inscripciones. Seguramente es el término más repetido en el corpus ibérico. Un trabajo interesante para los iberistas sería perfilar en las inscripciones los diversos significados de salir que van desde la teonomia testifical, hasta la moneda y la venta, lo cual arrojaría luz sobre el texto adyacente.
Tambien es ilustrativa la familia derivada: ibérico Salirg «dios Sol», salir «sol, moneda, venta»; latín sol «sol», aureus solidus «moneda, pieza batida de oro»; inglés sellan, sell, sold «vender, vendido»; noruego selja «vender»; vasco saldu «vender, vendido», salgai «producto que se vende», «materia convertible en moneda», saldo «rebaño»; castellano, sol, saldar, saldo; italiano saldo «sólido», «saldo»; sueco sol «sol»; gótico soil «sol»; griego ἥλιος «sol»; etrusco usil «sol».