Eduardo Gil Bera
Una epopeya de la que solo queda algún hexámetro suelto, pero también una sinopsis de su acción. No sabemos casi nada de la época en que se compuso, pero sí que adquirió tal prestigio que una primera generación de admiradores del mito Troya fundó alrededor del año 700 a. C. la ciudad de Iion en el lugar donde se suponía que estuvo la ciudad anatolia que sitiaron los aqueos según se narra en la Cipríada.
La Ilíada es una epopeya posterior porque se ciñe a la narración de los cincuenta días que vienen inmediatemente después de la acción de la Cipríada, que da por sabida.
El país de fondo en las dos epopeyas es Frigia, que ocupaba la península anatolia y era uno de los grandes imperios del área próximo oriental. El imperio frigio estaba en su apogeo cuando se compuso la Cipríada, y había colapsado y desaparecido para cuando se escribió la Ilíada. La gran mayoría de los nombres y topónimos del bando troyano son frigios.
Del prestigio e importancia de Frigia da testimonio aquel mítico campeonato de lenguas antiguas que hizo el faraón Psamético, y donde ganó la lengua frigia, porque su vocablo para decir pan era el primero que pronunció un niño que no había sido aleccionado en ninguna lengua. El mito alude sin duda a un pasado frigio de esplendor y civilización.
El prejuicio de que la Ilíada sea el primer poema escrito por un poeta griego es perfectamente infantil, aún más que la creencia en una primera lengua. Nadie escribe el primero un poema, así como nadie es el primer hablante, salvo en los cuentos.