
Eder. Óleo de Irene Gracia
Juan Pablo Meneses
Alejandro Almazán, uno de los autores ¡Bang!, presenta nuevo libro en México. Se trata de un conjunto de crónicas publicadas bajo el titulo de "Chicas Kalashnikov". Una muestra del trabajo de uno de los principales cronistas de la Generación ¡Bang!
Almazán nació en Ciudad de México en 1971. Estudió Ciencias Políticas y Sociales en la UNAM. Ha sido miembro fundador de Macrópolis, CNI-Canal 40, Milenio Semanal, Milenio Diario, Larevista y Emeequis. Además, ha trabajado para los diarios Reforma y El Universal. Actualmente colabora la revista Gatopardo, en el Grupo Milenio. Ha ganado tres veces el Premio Nacional de Periodismo en la categoría de crónica. Ha ganado, también, el Premio Nacional Rostros de la Discriminación, el premio que otorga la Sociedad Interamericana de Prensa y el Fernando Benítez.
Es autor de La victoria que no fue (2006), Gumaro de Dios, el caníbal (2007), Placa 36 (2009), la novela Entre perros 2009), Palestina, historias que Dios nunca hubiera escrito (2011) y la novela El más buscado (2012). Sus textos sobre narcotráfico han sido publicados en antologías recientes de España, México y Venezuela.
En la entrevista que le hice para Generación ¡Bang! le dije que entre sus varios libros hay dos novelas ("Entre perros", sobre un sicario, y "El más buscado", con la vida de un capo narco), y me interesaba saber cómo hacía el cruce entre realidad y ficción en su trabajo periodístico.
Esta fue su respuesta:
-Como una vez se lo leí a Martín Caparrós: Sé que es periodismo porque se publica en periódico y sé que es ficción porque se publica una novela. Es decir, como Caparrós, no cambio mi chip de escritura, pero al teclear tengo claro cuál de los dos pactos con el lector estoy utilizando: el del periodismo, donde tecleo lo que me consta, lo que vi, lo que no puedo torcer; y el de la ficción, donde tecleo lo que se me ocurre, lo que quiero transformar. Quizá lo más difícil del paso a la ficción fue que debía mentir, siendo que mi oficio trabaja con la verdad. Entonces sentí un gran alivio al pensar que la ficción había sido creada para los que, en el mundo real, no sabíamos mentir. En la ficción, también, he encontrado un refugio para contar lo que en el periodismo no se puede. Hoy, que están matando a mucho periodista en este país, mucha de la información se desecha. Ya sea por miedo, porque no está confirmada o porque sí lo está. Porque entiendes que las autoridades con partícipes y estás más vulnerable. O simplemente porque entiendes que, aún cuando se publique, no pasará absolutamente nada y tú sólo, en el mejor de los casos, vas a engrosar la lista de sentenciados.
@menesesportatil