
Eder. Óleo de Irene Gracia
Eduardo Gil Bera
Este soneto del gran Camôes, cuyo original portugués es el nº 201 de la edición de Hernani (Obras completas I, Redondilhas e sonetos, p. 305), de esclarecida impronta heraclítea, se ha dejado trasladar y ensonetar, aunque según el sabio de Éfeso nadie lee en dos lenguas el mismo soneto:
Mudan tiempos que mudan voluntades,
muda el ser que muda la confianza;
todo el mundo está urdido de mudanza,
tomando siempre nuevas calidades.
Continuamente vemos novedades
diversas en todo de la esperanza;
el mal deja heridas en remembranza,
el bien (si bien hubo), extrañeidades.
Tiempo cubre el suelo de verde manto,
que antes cubierto fue de nieve fría,
y en mí convierte en lloro el dulce canto.
Fuera de este mudarse cada día,
hace otra mudanza de más espanto,
que ya no se muda como solía.