Lluís Bassets
El antiprogre suele ser una vocación tardía, con mucha frecuencia un advenedizo y a veces directamente un impostor.
Le sucede como al general Della Rovere, el farsante fusilado como jefe de la resistencia italiana contra el fascismo. Ahora daría la vida por ese antiprogre en el que ha conseguido encarnarse.
En el fondo es un mártir desgarrado de la modernidad: su alma está en el pasado, pero su cuerpo no se pierde ni una sola fiesta del presente.