
Eder. Óleo de Irene Gracia
Javier Rioyo
Ha pasado ya éste año tan claroscuro. Lo comienzo entre nieve, en un pueblo de la Maragatería, Santiago Millas. Un pueblo del camino. Un pueblo maragato que conoció su esplendor en los años en que los arrieros con sus mulos transportaban alimentos, tabaco, mantas y otros productos que venían del oeste. Llegó el progreso, el ferrocarril y los pueblos maragatos se quedaron parados en el tiempo. Hoy, casi por milagro, conserva su belleza. Postal nevada y un tímido sol que aparece tras los montes.
Un grupo de amigos, copas, música, charla intrascendente, encuentros y desencuentros. Leo en el "e-book" un poema de Huidobro: "bajo la nieve resbala la noche…" Me desperté y la nieve caía con esa mansedumbre que conoce tanto Julio Llamazares.
He regalado al grupo un libro reciente, una novela española: "Fin". La primera que publica David Monteagudo. Un escritor gallego, transplantado a Cataluña, trabajador en una fábrica del Penedés. Gran lector. Y toda una feliz sorpresa de novelista. Todavía es posible. La novela es inquietante, eficaz, inteligente, ligera y aguda. Comienza siendo un relato hiperrealista de un grupo de amigos. Termina en un mundo que parece una ficción de Ballard "a la española". Está publicado en "El Acantilado". Una vez más Vallcorba está atento a la caza de la buena literatura. Esta vez no ha tenido que mirar hacia atrás con olfato sino hacia delante con sagacidad.
Creo que los que no tengan claro el regalo de reyes, y que no tengan mucho presupuesto, harán que sus amigos se encuentren un poco más prevenidos con esas reuniones a ciegas, con esos intentos de recuperar el tiempo perdido y volver a la juventud evocando lo bien que lo pasamos cuando entonces.
Empiezo el año. He vuelto a Paul Auster. Apenas llevo cuarenta páginas y ya estoy atrapado entre esas vidas que encuentro paralelas de algo que nunca podré ya vivir.
La literatura, como el cine, tiene subidas y bajadas. Después de algunos libros de Auster que me parecieron más prescindibles, con "Invisible" estoy atrapado. Ha vuelto a su lugar mejor. Menos mal que hay algunas cosas buenas que nos dejó el 2009. También volvió el mejor Woody Allen.
Por cierto si algunos no quieren invertir los euros en Monteagudo, aquí, en esta barra, se puede leer la novela de Monteagudo. Buen año.