
Eder. Óleo de Irene Gracia
Vicente Luis Mora
Crónica alucinada del 3er Simposio Internacional sobre Libro Electrónico (Conaculta, México D.F., 10-13 de septiembre).
Cuando llegué al auditorio del Museo de Antropología me senté en el sitio donde me vi, ya dispuesto para tomar notas, a mí mismo. Encajé en mi cuerpo sentado y todo fue fácil. La madera cúbica de los muros pixelaba la mirada lateral; parecía que la imagen estaba a medio hacer, desconfigurada. Roger Bartra habló de exocerebros aunque el suyo estaba muy en su sitio. Alejandro Katz se preguntó a qué huelen los libros electrónicos. Eric Marbeau habló muy bien de Francia, ahí parecía francés. Katz recordó que el fetichismo del olor de los libros es absurdo: ahora son de pasta prefabricada con trazas de aluminio; los que olían bien eran los antiguos de fibra vegetal, podías apreciar el cáñamo u otros componentes aromáticos. Un libro actual huele más bien a caca (eso dijo Hernán Casciari que había dicho su hija). Marbeau alabó el proteccionismo francés, Javier Celaya alabó los agentes del mundo del libro que no necesitan protección para hacer cosas y defendió la desprotección del copyleft. Vino alguien de Amazon y lanzó algunos chistes, no demasiado graciosos. Por Librerías Gandhi habló Manuel Dávila y dijo cosas inteligentes sobre el nuevo paradigma editorial. Defendió a ultranza al lector. Lo agradecí, aunque nadie parecía atacarme. / "Ya tuve que escribir 200 veces (…) ‘me gusta el profesor de matemáticas’. Ahora el copiar y pegar del ordenador acabó con el castigo", Rodrigo de Souza Leão, Todos los perros son azules (2008); Sexto Piso, Madrid, 2013, p. 36, traducción de Juan Pablo Villalobos. / Copiar y pegar. Se habló de eso, creo; quizá fui yo quien lo comentó, no lo recuerdo. Hubo un representante de eso ya está hecho sin haber leído el libro, hay uno en todos los congresos. El segundo día se coló una mariposa blanca en el Auditorio Jaime Torres Bodet, y la estuve mirando y pensé en el verso de Torres Bodet, "me toco… y eres tú, eres tú quien me toca", y pensé que ese verso podría haberlo escrito Rodrigo de Souza Leão. / Curioso que Google está en todas partes pero su representante no acudió. Lluis Abián impartió un taller de ilustración, y no fui. Yo intervine en una mesa redonda y él no vino. Hoy René López Villamar dará un taller de autoedición y no asistiremos ninguno de los dos. Vivimos en un mundo cruel. / Casciari sostuvo que ya no nos concentramos, aunque comprendí todo lo que dijo, y que hay que cambiar los cuentos infantiles. En eso estamos de acuerdo. Los bibliotecarios argumentaron que esto del libro electrónico está muy bien, pero que les preocupa la falta de lectores, digitales o no. Quizá fueron los más sensatos. Nabokov tenía una biblioteca de mariposas. Dije que la nostalgia intenta conectarte telepáticamente con otro lugar. Sí, a ti. Los maestros cortaron las calles. Si tienes seis yoes es hexocerebro. / "¿Cómo se puede extrañar un lugar de donde nadie viene, a donde sólo se va? Al manicomio sólo llega gente", sentencia Rodrigo de Souza Leão.