Ficha técnica
Título: Una sociedad de señores | Autor: Mario Campaña | Prólogo : Constantino Bértolo| Editorial: JUS | Páginas: 352 | Tamaño: 13.5×23 cm | Encuadernación: Tapa blanda | Fecha: febrero 2017 | ISBN 978-607-9409-64-7 | Precio: 18,50 euros
Una sociedad de señores
Mario Campaña
Así lo pretende al menos el gran eco de la humanidad doliente y el progreso inexorable. Y, en efecto, el nuevo orden nos iguala: todos, desde el primer gorila hasta el último mono, somos hoy ciudadanos asimilados en derechos. Perduran, cierto, amargas injusticias y atropellos, pero en la esfera política nadie es más que nadie porque la razón legal limita el ejercicio del poder y el árbitro es poderoso. Al fin y al cabo, el príncipe y el mendigo votan en la misma urna.
No obstante, más allá del código o el voto, con frecuencia el rumor del pasado se hace presente como estruendo, y muchos próceres nuevos (y otros tantos advenedizos que aspiran a serlo) alzan la voz sin decoro para reclamar la distinción que por sus méritos y alcurnias les pertenece. Para ellos, el dinero, el mando, la fama, el éxito y el talento no son meras contingencias hijas de la fortuna, sino virtudes propias del señorío. Y si esto es así, la lógica circular conduce a una conclusión feroz: la pobreza, el fracaso, la derrota, la impotencia y la pereza, incluso la noble modestia, son vicios propios de la chusma. A nuevo señor, vasallo nuevo.
Las categorías sociales se transmutan en veredictos morales, la cultura (o el credo) legitima una vez más el privilegio y la antigua dialéctica del amo y el esclavo vuelve por donde solía. Quizá, como afirma Mario Campaña, los amos «nunca se fueron». Una sociedad de señores abre una indagación necesaria y un debate inexcusable sobre la auténtica naturaleza de nuestras democracias.
«Mario Campaña es uno de los mejores lectores que conozco, por eso es tan buen ensayista.» – Ana María Moix
«Una sociedad de señores parte de un hipótesis sorprendente: que en pleno siglo XXI, a pesar de las apariencias, vivimos inmersos en una inmensa burbuja ética en la que sobresale la presencia de unos valores que se corresponden con aquellos que históricamente hemos venido adjudicando a las sociedades aristocráticas y señoriales. Un libro extraordinario.» – Constantino Bértolo
PRÓLOGO
¿De dónde venimos?, ¿a dónde vamos?, son dos de esas tradicionales preguntas a partir de las cuales las personas que irresponsablemente osamos autodescribirnos como cultas «sentimos» como «profunda» nuestra identidad, nuestra cualidad de ánimas reflexivas y filosóficas, y nuestra consiguiente diferencia de aquellos y aquellas, tan groseros y vulgares de alma y espíritu, que van por la vida sin preguntarse ni cuestionarse el sentido de la vida. Autodescribirse como persona culta no deja de ser un acto de vanidad y soberbia, pero no creo exagerado afirmar que esas vanidades y soberbias forman parte de la imagen que muchos de nosotros o nosotras vemos día a día reflejada en las aguas narcisistas donde consciente o inconscientemente nos vemos reflejados. Y tampoco creo que sea hacer juicios temerarios afirmar que son muchos los libros, esos espejos donde se miran nuestras palabras, que directa o indirectamente plantean esas mismas preguntas una y otra vez, de un modo u otro, en clave narrativa o poética o ensayista o dramática. Preguntas que de acuerdo con lo que se dice en muchos manuales de retórica son precisamente las preguntas que la buena literatura aborda y trata, inútilmente, de responder, constituyendo paradójicamente ese aparente fracaso uno de los méritos principales que nos permite, dicen, reconocer las bondades de la buena literatura. Que no en vano el considerar nuestra existencia como «misterio» es uno de eso halagos con que el humanismo generoso ha venido revistiendo de relevancia y trascendencia nuestro fugaz paso por la vida.
Este libro también nos plantea el análisis y desciframiento de un misterio, pero de un misterio menos profundo y existencial y mucho más concreto, materialista y ordinario: ¿por qué nos comportamos como nos comportamos? Y es justamente ese afán por lo ordinario lo que lo convierte en un libro extraordinario, lleno de información y reflexión y libre de pedantería. Un libro al que lo ameno y flexible de su argumentación dota de rigor, autoridad y precisión, y en el que la notable capacidad de hacerse entender del autor caracteriza el tono y fuerza de su entendimiento.