Skip to main content

Ficha técnica

Título: Los zorros vienen de noche | Autor: Cees NooteboomTraducción del neerlandés: Isabel-Clara Lorda Vidal | Editorial: Siruela | Colección: Nuevos Tiempos. 202 | Género: Relatos | ISBN: 978-84-9841-530-8 | Páginas: 144 | Formato:  14 x 21,5 cm.| Encuadernación: Rústica con solapas (Disponible en Libro electrónico) |  PVP: 16,95 € | Publicación: 2011

Los zorros vienen de noche

Cees Nooteboom

SIRUELA

Ambientados en ciudades e islas del Mediterráneo, y unidos por un nexo temático, los ocho relatos de Los zorros vienen de noche pueden leerse como una novela en la que se reflexiona sobre el recuerdo, la vida y la muerte. Sus protagonistas coleccionan y reconstruyen fragmentos de vidas muy intensas que han cristalizado en la memoria o en el detalle de una fotografía. En «Paula», el narrador evoca la breve y misteriosa vida de una mujer a la que amó; en «Paula II», la misma mujer es consciente de que aquel hombre sigue pensando en ella. Paula recuerda el tiempo que pasaron juntos y el miedo del hombre a la oscuridad de la noche, cuando vienen los zorros… Y sin embargo el tono de estos relatos está lejos de ser pesimista: la muerte no es algo a lo que se deba temer…

Nooteboom es un soberbio estilista, que observa el mundo con una mezcla de melancolía y asombro. Sus relatos están cuajados de humor, pathos y un vasto conocimiento de las cosas, que hacen distinto a este prestigioso autor europeo. Este volumen, elogiado por el jurado por su «permanente elegancia», recibió el Premio Literario Gouden Uil (Búho de oro) en 2010. 

«Nooteboom escribe de un modo muy bello. Su prosa es limpia y concisa, sin dar la apariencia de ligereza, y consigue combinar claridad con un intenso lirismo.» Guardian 

 

Góndolas  

   Las góndolas son atávicas. No recordaba dónde lo había leído ni le apetecía pensar en ello por temor a que se desvaneciera la emoción del instante. Un sol bajo, la forma de ave negra de una góndola en la neblina de la laguna, los bolardos negros perdiéndose en la lejanía, en la otra orilla invisible del agua, como una solitaria falange de soldados en misión de muerte, y él aquí en la Riva degli Schiavoni, con una foto amarillenta, medio rasgada, en la mano. Si eso no es emoción… Fue en ese lugar aproximadamente donde amarró la góndola y fue en esos escalones o en los de más allá, cerca de la estatua de la partisana fusilada medio sumergida en el agua, donde desembarcaron. El tiempo era similar al de ahora, según se deducía de la fotografía. Se sentaron en los escalones, y al poco apareció un joven oficial para decirles, mientras señalaba un rótulo, que los escalones estaban reservados para la Policía de Aguas y que debían desocuparlos. Así que debía buscar aquel rótulo, seguro que no era muy difícil encontrarlo.

   Y si lo encuentro, se preguntó, ¿entonces qué? Pues me hallaré en el lugar exacto donde estuve hace cuarenta años. ¿Y? Se encogió de hombros como si fuera otra persona quien hubiera formulado la pregunta. Pues nada, se dijo, nada, esa era precisamente la cuestión.

   Había aceptado el encargo de escribir algo sobre una exposición en el Palazzo Grassi con la intención de realizar este peculiar peregrinaje. Un peregrinaje en busca de un espectro. No, más que un espectro, una ausencia. No tardó en encontrar los escalones. Las ciudades eternas tienden a la inmutabilidad. La Policía de Aguas seguía amarrando en los mismos escalones. El rótulo estaba en el mismo sitio, fijado en los ladrillos del muro lateral. Lo habían pintado de nuevo, eso sí. Se sentó en el escalón superior y pensó que el joven oficial que se había acercado a ellos aquel día lejano llevaría ya tiempo jubilado, y, en el supuesto de que siguiera siendo joven después de esos cuarenta años, no habría reconocido a ese anciano sentado en la escalera. La fotografía la había hecho un desconocido que se encontraba un poco más allá, en el borde del muelle, de espaldas a la laguna. Fue tomada con un ángulo de treinta grados, lo que permitía distinguir al fondo el Palacio Ducal. Observó la fotografía, y, como siempre, se sintió asombrado de su falsedad. Las fotografías no sólo eran capaces de retratar a los muertos, sino que además te confrontaban con una versión desfasada de ti mismo, un joven melenudo, irreconocible, cuya apariencia estaba tan asociada al espíritu de una época que la imagen despedía el rancio aroma de un tiempo ya para siempre superado.

[ADELANTO DEL LIBRO EN PDF]

profile avatar

Cees Nooteboom

Cees Nooteboom (La Haya, 1933) es uno de los mayores y más originales escritores holandeses contemporáneos: traductor de poesía española, catalana, francesa, alemana y de teatro americano; autor de novelas, poesía, ensayos y libros de viaje. Su obra ha sido traducida a más de veinte idiomas.Ha obtenido, entre otros reconocimientos, el Premio Europeo Aristeon de Literatura (1993) por La historia siguiente, el Premio Bordewijk (1981), el Premio Pegasus de Literatura (1982), la Medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes de Madrid (2003), el Premio Europeo de Poesía (2008), el Premio de Literatura Neerlandesa (2009) y el mayor premio que se concede en la literatura de viajes, el Premio Chatwin (2010), el Premio Mondello 2017 y el Premio Formentor de las Letras en 2020. En Francia ha sido nombrado Caballero de la Legión de Honor y es Doctor Honoris Causa por la Freie Universität de Berlín. Vive en constante nomadismo entre Holanda, España y Alemania. Cabe destacar en su bibliografía el importante papel que ha jugado Menorca (Islas Baleares) en algunos de sus libros. 

Obras asociadas
Close Menu