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Ficha técnica

Título: Los bárbaros| Autor: Alessandro Baricco | Editorial: Anagrama | Páginas: 256| Fecha de publicación: 20 de marzo de 2008 | Género: Novela | Precio: 17 € | ISBN:978-84-339-6273-7

Los bárbaros

Alessandro Baricco

EDITORIAL ANAGRAMA

Este libro conforma un auténtico «ensayo por entregas» dedicado a la presencia de los nuevos bárbaros en nuestra sociedad. Como su ensayo Next, dedicado a la globalización, el autor afronta con inusual perspicacia y amenidad la existencia de quienes han contribuido al declive de la cultura burguesa occidental, que, sumida en una honda crisis de valores, se desintegra inexorablemente. Ante este acontecimiento, se alzan numerosas voces apocalípticas en nuestros días, voces de protesta que se niegan a intentar comprenderlo. Tal es precisamente el propósito último de Baricco: la elaboración de un análisis-mosaico que va más allá de la mera dicotomía clásica entre civilización y barbarie.

Tras visitar tres ámbitos particulares (el vino, el fútbol y la industria del libro, aldeas saqueadas que ejemplifican cómo libran sus batallas los nuevos bárbaros), el autor se detiene en Google, un avance tecnológico que, más que un símbolo, es el campamento o palacio de los bárbaros, ya que refleja su forma de entender la cultura como navegación rápida por la superficie, como búsqueda de espectacularidad… En cambio, el alma burguesa, tan bien representada por la obra de Ingres o Beethoven (pero también por las catástrofes del siglo XX), aboga por una cultura del esfuerzo que choca con el ansia de experiencias veloces que buscan los bárbaros. En su brillante epílogo, la Gran Muralla china sirve para delimitar el proceso en el que nos encontramos: todo muro, real o imaginario, se levanta no tanto para contener como para trazar las diferencias entre identidades opuestas, sin percatarse de que, como en otras ocasiones de la historia, los bárbaros ya están aquí, no por haber llegado desde ninguna lejana frontera, sino porque son una mutación en el proceso de desarrollo de nuestra propia sociedad.

Un ensayo que no dejará a nadie indiferente: nos obliga a cuestionarnos qué lugar ocupamos en esa mutación. Así ha ocurrido en Italia, donde sus tesis se discuten acaloradamente, en especial en Internet.

Saqueos. Vino 1

Los bárbaros llegan de todas partes. Y esto es algo que nos confunde un poco, porque no podemos aprehender la unidad del asunto, una imagen coherente de la invasión en su globalidad. Uno se pone a discutir acerca de las grandes librerías, de los fast food, de los reality shows, de la política en televisión, de los chicos que no leen y de un montón de cosas de este tipo, pero lo que no conseguimos hacer es mirar desde arriba y captar la figura que las innumerables aldeas saqueadas dibujan sobre la superficie del mundo. Vemos los saqueos, pero no conseguimos ver la invasión. Ni, en consecuencia, comprenderla.

Creedme: desde arriba es desde donde tendríamos que mirar.

Desde arriba es desde donde, tal vez, pueda reconocerse la mutación genética, es decir, los movimientos profundos que más tarde, en la superficie, crean los desperfectos que conocemos. Voy a intentar hacerlo tratando de aislar algunos de los movimientos que me parece que son comunes a muchos de los actos bárbaros que observamos en estos tiempos. Movimientos que aluden a una lógica precisa, por difícil que sea descubrirla, y a una estrategia clara, por inédita que sea. Me gustaría estudiar los saqueos no tanto para explicar cómo han ocurrido y qué se puede hacer para retirarse de pie, sino para llegar a leer dentro de ellos el modo de pensar de los bárbaros. Y me gustaría estudiar a los mutantes con branquias para ver, reflejada en ellos, el agua con la que sueñan y que están buscando.

Empecemos partiendo de una impresión, bastante difundida, que tal vez sea hasta superficial, pero legítima: existen hoy en día muchos gestos, pertenecientes a las costumbres más elevadas de la humanidad, que, lejos de agonizar, se multiplican con sorprendente vitalidad: el problema es que en este fértil regenerarse parecen ir perdiendo el rasgo más profundo que tenían, la riqueza a la que habían llegado en el pasado, tal vez incluso su más íntima razón de ser. Se diría que viven prescindiendo de su sentido: el que tenían, y bien definido, pero que parece haberse convertido en algo inútil. Una pérdida de sentido.

No tienen alma los mutantes. No la tienen los bárbaros. Es lo que se dice. Es lo que declara el sheriff de Cormac McCarthy, pensando en su killer. «¿Qué le dices a un hombre que reconoce no tener alma?»

¿Os apetece estudiar el asunto más de cerca? He elegido tres ámbitos específicos en los que este fenómeno parece haberse manifestado en los últimos años: el vino, el fútbol y los libros. Me doy cuenta de que, sobre todo en los dos primeros casos, no nos encontramos frente a gestos neurálgicos de nuestra civilización: pero es esto precisamente lo que me atrae: estudiar a los bárbaros en el saqueo de aldeas periféricas, no en su asalto a la capital. Es posible que ahí, donde la batalla es más simple, circunscrita, sea más fácil discernir la estrategia de la invasión, y los movimientos fundacionales de la mutación.

Comencemos, pues, con el vino. Ya sé que quien sabe de vinos (no quiero decir quien apesta a vino) va a encontrar aquí cosas que ya conoce y que, por el contrario, quien no bebe se preguntará por qué tendría que interesarse por algo que no le importa lo más mínimo. Pero, de todas formas, os pido que escuchéis.

Ésta es la historia. Durante años el vino ha sido un hábito de algunos países, de pocos: era una bebida con la que uno saciaba su sed y con la que se alimentaba. Tenía un uso extendidísimo y unas estadísticas de consumo impresionantes. Producían ríos de vinito de mesa y también, por pasión y por cultura, se dedicaban al arte verdadero y auténtico: era entonces cuando se hacían los grandes vinos. Lo hacían, casi exclusivamente, franceses e italianos. En el resto del mundo, hay que recordarlo, se bebían otras cosas: cerveza, bebidas de alta graduación e incluso cosas más raras. Del vino no sabían nada.

Esto es lo que sucedió después de la Segunda Guerra Mundial: los americanos que regresaron desde los campos de batalla franceses e italianos se llevaron para casa (aparte de un montón de cosas más) el placer y el recuerdo del vino. Era algo que les había impresionado. Nosotros empezamos a mascar chicle y ellos empezaron a tomar vino. Mejor dicho, les habría gustado beberlo. Pero ¿dónde iban a encontrarlo?

[ADELANTO DEL LIBRO EN PDF]

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Alessandro Baricco

Alessandro Baricco (Turín, 1958) es autor de las novelas Tierras de cristal (Premio Selezione Campiello y Prix Médicis Étranger), Océano mar (Premio Viareggio), Seda,City, Sin sangre, Esta historia, Emaús y Mr Gwyn, publicadas en esta editorial, al igual que el monólogo teatral Novecento, la majestuosa reescritura de Homero, Ilíada y los ensayos recogidos en Next (Sobre la globalización y el mundo que viene) y en Los bárbaros. Ensayo sobre la mutación. Baricco dirigió el programa de libros «Pickwick» para Raitre, que «invitó a los italianos a redescubrir el placer de la lectura» (Claudio Paglieri), y en 1994 fundó en Turín una escuela de «técnicas de escritura», llamada Holden (como homenaje a Salinger), que ha tenido, bajo su dirección, un éxito clamoroso. A partir de Seda, que se ha convertido en un longseller ininterrumpido, tanto en Italia como internacionalmente, se consagró como uno de los grandes escritores italianos de las nuevas generaciones.

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