
Ficha técnica
Título:’Jérôme Lindon, mi editor’ | Autor: Jean Echenoz | Editorial: Trama | Colección: Tipos móviles | Traducción: Paula Izquierdo | Páginas: 64 | Formato: 145 x 205 | ISBN: 978-84-92755-14-1 | PVP: 10 euros
Jérôme Lindon, mi editor
Jean Echenoz
Jérôme Lindon fue una figura imprescindible para entender la edición y la literatura francesa de la segunda mitad del siglo XX. Desde Les Éditions de Minuit, Lindon fue capaz de ir construyendo un imponente catálogo editorial en el que no podían faltar autores de la talla de Alain Robbe-Grillet, Claude Simon, Marguerite Duras, Samuel Beckett…
El escritor Jean Echenoz mantuvo desde sus inicios literarios una singular y llamativa relación con Jérôme Lindon, su primer y único editor literario en Francia, construida de palabras y silencios, de coincidencias y alejamientos, a cuales más sinceros.
La muerte de Jérôme Lindon conmovió de tal forma a Echenoz que éste escribió a modo de exhortación y homenaje este magnífico retrato tierno e hilarante, y siempre respetuoso, que constituye una pieza esencial en la reflexión sobre la naturaleza y las condiciones de la obra escrita y su edición, pero sobre todo de los lazos, a veces inexplicables, que unen a un autor con su editor.
Primera parte
Todo comienza un día nevado, en la calle Fleurus de París, el 9 de enero de 1979. He escrito una novela, es la primera, no sé si es la primera, no sé si escribiré otras. Todo lo que sé es lo que he escrito y que si pudiera encontrar un editor, estaría bien. Si este editor pudiera ser Jérôme Lindon estaría, por supuesto, todavíamejor, pero no soñemos. Un sello demasiado serio, demasiado austero y riguroso, esencia de la virtud literaria, demasiado bueno para mí, nomerece la pena intentarlo. Así pues, envío por correo mi manuscrito a algunos editores, que todos rechazan. Pero continúo, insisto, y llegado al punto en el cual soy poseedor de una colección casi exhaustiva de cartas de rechazo,me he atrevido la víspera a depositar un ejemplar de mi manuscrito en la recepción de Les Éditions de Minuit, en la calle Bernard-Palissy, sin ninguna esperanza, únicamente con el fin de completar mi colección. Y, desilusionado, continúo inundando de ejemplares a los pocos editores, cada vez menos conocidos, a quienes aún no les he remitido el asunto.