
Ficha técnica
Título: El museo de la inocencia | Autor: ORHAN PAMUK | Traductor: Rafael Carpintero | Colección: Literatura Mondadori | PVP: 23,90 € | Páginas: 670 | Publicación: octubre de 2009
El museo de la inocencia
Orhan Pamuk
«Quería relacionar el tema del amor con la palabra «museo» porque el tema está relacionado con la conservación de las cosas. ¿Por qué las pertenencias son tan importantes para nosotros? ¿Por qué queremos conservarlas y dejarlas a las siguientes generaciones? ¿No es esto también una prueba de amor?» ORHAN PAMUK
El autor ha recorrido rastros, bazares y museos de todo el mundo en busca de todo tipo de objetos de la vida cotidiana que pudieran dar una idea sobre la personalidad de sus antiguos propietarios y le inspiraran para sus personajes. Ahora los ha reunido en una colección que formará parte de un museo auténtico, el Museo de la Inocencia, que abrirá sus puertas en la ciudad de Estambul y cuya exposición se inaugurará en 2010.
EL MOMENTO MÁS FELIZ DE MI VIDA
Fue el momento más feliz de mi vida y no lo sabía. De haberlo sabido, ¿habría podido proteger dicha felicidad? ¿Habría sucedido todo de otra manera? Sí, de haber comprendido que aquel era el momento más feliz de mi vida, nunca lo habría dejado escapar. Ese momento dorado en que una profunda paz espiritual envolvió todo mi ser quizá durara solo unos segundos, pero me pareció que la felicidad lo convertía en horas, años. El 26 de mayo de 1975, lunes, hubo un instante, hacia las tres menos cuarto, en el que pareció que, de la misma forma que nos liberamos de nuestras culpas, pecados, penas y remordimientos, también nos liberamos de las leyes de la gravedad y el tiempo en el mundo. Besé el hombro de Füsun, sudoroso por el calor y el sexo, la abracé lentamente, entré en ella y le mordí ligeramente la oreja izquierda, cuando de súbito el pendiente que llevaba pareció quedarse detenido en el aire durante largo rato y luego cayó por su propio peso. Éramos tan felices que fue como si no percibiéramos aquel pendiente, en cuya forma no me había fijado ese día, y seguimos besándonos.