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Ficha técnica

Título: El exilio interior. La vida de María Moliner | Autora: Inmaculada de la Fuente | Editorial: Turner | ColecciónNoema | Género: Biografía | ISBN: 978-84-7506-930-2 | Páginas: 364 | Formato:  14 x 22 cm. | Encuadernación: Rústica con solapas | PVP: 21,00 € | Publicación: 2011

El exilio interior

Inmaculada de la Fuente

TURNER

María Moliner (1900-1981), conocida gracias al Diccionario que lleva su nombre, es al mismo tiempo una figura desconocida y en cierto modo invisible. Una montaña de palabras, las que fue anotando en fichas y agrupadas por familias etimológicas, han terminado por eclipsarla, aunque hayan contribuido también a reconocerla.

Si no hubiera sido condenada al ostracismo durante el franquismo, tal vez no hubiera tenido tiempo de abordar esta ingente tarea de ordenar el uso del español. Su historia atraviesa el siglo XX, siendo también la historia de una generación que en la década de los treinta era joven y ambiciosa intelectual y vitalmente. Una generación en la que las mujeres empezaban a sentirse cómplices de los cambios colectivos. Una generación que tuvo que «exiliarse», muchos de sus integrantes fuera de nuestro país, y otros muchos, como María Moliner, en su propia intimidad, para sobrevivir tras la Guerra Civil.

Hasta hoy, sin embargo, nadie había emprendido seriamente la tarea de escribir una biografía como ésta, dando voz a la parte de su familia que la conoció (hijos, nietos), y poniendo en valor su figura dentro del contexto de la España de sus años. La autora consigue con este libro narrar la historia de un exilio interior, de una figura silenciosa que, en la intimidad de su hogar, consiguió crear una de las obras cumbre de la cultura española en el siglo XX, y cuya vigencia resulta hoy más clara que nunca para la actual generación de pensadoras, escritoras e intelectuales.

 

PRESENTACIÓN
LA BIBLIOTECARIA QUE SOÑABA PALABRAS 
 
Si te escucharas, mar, si tu lenguaje
pudiera, mar, ser otro,
¿qué palabras dirías?
 
Rafael Alberti
 
La luz solar, esa luz temprana de todos los veranos, contiene una señal. Una consigna tácita que María Moliner atiende sin vacilaciones. Su aparición en la lejana playa anticipa el ritual diario que se inicia en la casa próxima a la costa que habitan María Moliner y su marido, Fernando Ramón, durante las vacaciones. En poco tiempo la luz se extiende sobre el pequeño chalé de la Pobla de Mont-roig, en Tarragona. En la vivienda apenas hay signos de movimiento. Pero hay alguien que ya está en pie. María Moliner se acerca con pasos rápidos al cenador, situado junto al árbol que ella misma ha plantado, y toma posesión del patio. Sobre la mesa, una gran rueda de cemento, se encuentra el tapete que ha mandado colocar y que gracias a una cinta elástica permanece liso y ajustado. Sin distracciones. Esa mesa es su despacho estival. Aquí deposita sus útiles, su máquina de escribir, esa vieja Olivetti Pluma 22 que la acompaña desde hace años, sus fichas, algunos libros de gramática… Su tesoro, su memoria, su porvenir. Todo bajo control. Antes de inclinar la cabeza sobre las fichas y cotejar las referencias, pasea su mirada curiosa y socarrona alrededor de una geografía que forma parte ya de su identidad. Hermoso lugar para quedarse a vivir, para soñar palabras y trazar sus sombras y sus límites. Aspira el aire marino que le llega de la costa, a un kilómetro de la casa; el aroma insoslayable de la naturaleza que la rodea, la presencia latente de sus nietos que, dentro de unas horas, despertarán para vivir una jornada de playa o bicicleta. Siente todo eso, pero sobre todo experimenta un silencio absorbente. Ya está en su burbuja interior. Concentrada en su creación, en esa construcción en marcha con tantos detalles por completar y concluir: nuevas fichas y más entradas que exigen alargar textos acabados. Y todo lo que tal ampliación conlleva: comprobar etimologías, completar familias, ajustar catálogos…
 
  No importa. Su trabajo es impagable en todos los sentidos. Ante todo porque es algo esencial, estimulante. Se encuentre en Madrid, donde trabaja casi todo el año, o en la Pobla, el Diccionario va con ella. Es su inseparable compañero desde hace tiempo. Solo ella puede llevarlo a cabo. Todo él está en su cabeza. Pero el Diccionario es también el gran reto, la obra colosal que llegará a su fin algún día con la ayuda de un puñado de colaboradores.

[ADELANTO DEL LIBRO EN PDF]

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Inmaculada de la Fuente

Inmaculada de la Fuente periodista e historiadora, obtuvo en 1985 el Premio Nacional de Periodismo en la modalidad de Reportajes y Artículos literarios. Ha colaborado en diversas publicaciones como Revista de Occidente, Claves de la Razón Práctica y Barcarola, con relatos, perfiles literarios y ensayos sociológicos o de divulgación histórica sobre la mujer, la educación sentimental y las relaciones entre lo público y lo privado; en la actualidad trabaja en El País

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