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Ficha técnica

Título: Criaturas abisales | Autor: Marina Perezagua | Editorial: Los Libros del lince | Colección:  Literaturas | Género: Novela | ISBN: 978-84-15070-10-8| Páginas: 146 | Formato:  14,5 x 21 cm.| Encuadernación: Rústica | PVP: 15,00 € | Publicación: Mayo de 2011

Criaturas abisales

Marina Perezagua

LOS LIBROS DEL LINCE

Pasen y vean a La Impenetrable, famosa artista cuyo número circense responde a su sobrenombre. Conozcan a la vieja dama digna que se convierte en la pesadilla de su familia. Viajen en avión con una joven y averigüen dónde terminará alojándose una lengua que flota en el espacio y se cuela en la cabina. Vivan la historia de amor de una mujer capaz de meter a su amado en la cárcel para alejarle del mundo. Éstas son algunas de las Criaturas abisales que presenta el deslumbrante debut literario de Marina Perezagua. Una narradora que renueva el género fantástico desde su voz de mujer, y con una imaginación tan notable como su capacidad narrativa. Una creadora originalísima capaz de inventar nuevas historias que alcanzan la categoría de clásicas en el instante mismo de su nacimiento.

Criaturas abisales explora el deseo y sus escenografías, un erotismo que hubiera hecho las delicias de Georges Bataille, los nuevos miedos y los miedos ancestrales, las fantasías y el delirio. Defiende la idea de que el amor puede sobrevivir a la muerte, y crea unos personajes tan extraños como adorables y, sobre todo, vivísimos. Y hace todo eso en voz baja porque, por extraordinarios que sean los relatos, siempre están resueltos con un instinto narrativo tan discreto como infalible. El editor

«Estos cuentos atrapan de inmediato gracias al poder hipnótico de su trama sensible y tersa objetividad.» Julio Ortega (Brown University)

«En las historias de Marina Perezagua resplandecen vidas al borde del milagro en un libro con la luz de una escritura apasionante y necesaria.» Juan Carlos Marset (Universidad de Sevilla)

«Marina Perezagua tiene el don narrativo, el don de los finales y el don de la expresión.» Lou Charnon-Deutsch (Stony Brook University)

 

Lengua foránea 

Olga W. viajaba en un Boeing transatlántico cuando una gran lengua lamió el cristal de la ventanilla donde tenía apoyada la frente. Olga W. se despertó, con un ligero dolor de cuello, y se retiró unos centímetros del vidrio para incorporarse en el asiento. Tenía la boca seca y bebió un poco de agua de la botella que llevaba en el bolso de mano. Miró a ambos lados. Era un vuelo nocturno y a su izquierda la opacidad de la noche limitaba su vista. A su derecha viajaba un señor pequeño y enclenque, con una protuberancia exagerada en el pecho. Todavía adormilada, Olga W. pensó en un hombre pájaro, acordándose de un cuadro alemán de los años veinte, donde un personaje excesivamente blanco presenta al espectador un tórax semejante al buche de un pichón, por la deformidad de unas costillas prominentes. Olga W. imaginó la génesis de aquel bulto y le vino a la cabeza la figura del pasajero atragantado con un hueso de ave, tosiendo en una lucha que acabó con el golpe en la espalda de una mano amiga. En su intento por salvarle de la asfixia la mano tuvo que aporrearle hasta que la joroba se le salió por el otro lado. Así, con su joroba desplazada hacia el esternón, dormitaba su triste compañero de viaje.

      Olga W. encendió la lamparita situada sobre su asiento, y ya totalmente despierta se disponía a leer cuando le pareció ver de soslayo que algo se había destacado en la noche, allá afuera del avión. Miró por la ventanilla y no pudo ver nada, la uniformidad del vacío la tranquilizó. Miró de nuevo al hombre pájaro y esta vez fijó la atención en su nariz aguileña. Temió que en una de sus cabezadas le clavara aquel garfio en el hombro. Olga W. todavía no se había dado cuenta de que del otro lado, y por tercera vez, la lengua había lamido el cristal de su ventanilla y llevaba algunos minutos allí pegada.

    La mayoría de los pasajeros dormía, sólo algunas lucecitas permanecían encendidas en el avión, y aquel silencio motivó a Olga W. a iniciar su lectura. Olga W. iba leyendo, pero el pelo le molestaba en la cara y dejó el libro abierto sobre sus rodillas para recogérselo en una cola de caballo. Fue en el momento en que quiso mirar su reflejo en el cristal cuando advirtió la presencia de la gran lengua.

[ADELANTO DEL LIBRO EN PDF]

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Marina Perezagua

Marina Perezagua (Sevilla, 1978) es licenciada en Historia del Arte por la Universidad de Sevilla y se doctoró en Filología en Estados Unidos. Ha sido profesora en la State University of New York (Stony Brook) y en la New York University y ha trabajado en el Instituto Cervantes de Lyon. Ha publicado dos libros de relatos, Criaturas abisales y Leche, y dos novelas, Yoro (Premio Sor Juana Inés de la Cruz a la mejor novela escrita en español por una mujer) y Don Quijote de Manhattan. Actualmente vive en Nueva York.© Miguel Lizana.jpg

Obras asociadas
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