Ficha técnica
Título: Cómo sobrevivir con 36.000 dólares al año| Autor: Francis Scott Fitzgerald| Traducción: Julia Osuna | Editorial: Gallo Nero | Colección: Piccola | Género: Articulos autobiográficos | ISBN: 978-84-938568-5-4| Páginas: 112 | Formato: 11 x 16 cm. | PVP: 10,00 € | Publicación: Octubre de 2011
Cómo sobrevivir con 36.000 dólares al año
Francis Scott Fitzgerald
Fitzgerald se casó con Zelda en 1920 y a lo largo de su vida ganó mucho dinero tanto por su trabajo en la industria cinematográfica como por sus artículos, cuentos y novelas. También derrochó mucho dinero y tardó años en aprender a gestionar sus ganancias o por lo menos en contener los gastos.
Presentamos aquí reunidos dos artículos autobiográficos, dos brillantes muestras de su refinado talento, las crónicas de sus intentos fallidos de ahorrar, ambos publicados en 1924 en el Saturday Evening Post.
En Cómo sobrevivir con 36000 dólares al año, un retrato irónico y representativo de la clase media norteamericana, los Fitzgerald se mudan a las afueras de Nueva York y compran un libro de contabilidad en el que Zelda registra minuciosamente cada recibo en un intento desesperado de ahorrar. El éxito de ese primer artículo le animó a escribir una secuela: Cómo sobrevivir prácticamente con nada. Esta vez la familia Fitzgerald sube a un barco rumbo a Europa donde, eso pensaban, habrían podido vivir bien y con poco dinero.
Cierra el libro el artículo » La declaración de la renta de F. Scott Fitzgerald» firmado por el prof. William J. Quirk y publicado en la revista The American Scholar.
CÓMO SOBREVIVIR
CON 36.000 DÓLARES AL AÑO
-Tiene que empezar a ahorrar -me previno hace unos días el Joven con Futuro-. A usted le parecerá estupendo vivir al día, pero como siga así acabará en el hospicio.
Me aburría pero, como sabía que de todas formas me lo iba a decir, le pregunté qué debía hacer.
-Es muy sencillo -contestó impaciente-, solo tiene que abrirse un fondo fiduciario del que no pueda sacar dinero cuando le venga en gana.
No era la primera vez que me lo decían. Es el sistema número 999. Ya probé el sistema número 1 en los primerísimos compases de mi carrera literaria, hace cuatro años. Un mes antes de casarme fui a ver a un corredor para que me aconsejara dónde invertir un dinero.
-Son solo mil -admití-, pero tengo la sensación de que debo empezar a ahorrar a más no tardar.
Caviló.
-Los bonos Liberty no son para usted. Es demasiado fácil canjearlos por dinero contante. Lo que usted necesita es una buena inversión, conservadora, como tiene que ser, y, además, en algo de lo que no pueda estar retirándola cada dos por tres.
Al final escogió para mí un bono a un interés del siete por ciento que no cotizaba en bolsa, le confié mis mil dólares, y así fue como ese mismo día comenzó mi cruzada para amasar capital.
También ese mismo día terminó.