
Ficha técnica
Título: Ciudad Esmeralda | Autora: Jennifer Egan | Traducción: Carles Andreu | Editorial: Minúscula | Colección: Tour de force, 12 | Páginas: 232 | ISBN: 978-84-943539-8-7 | Fecha: 2016 | Precio: 18,50 euros
Ciudad Esmeralda
Jennifer Egan
En estos once cuentos -situados en China, Bora Bora, Manhattan, Illinois, México…-, una sugestiva galería de personajes comparten la experiencia de la soledad, la nostalgia, el arrepentimiento y el anhelo de una vida mejor.
Los distintos relatos no solo desprenden las emociones, finamente trazadas, de los protagonistas. En ellos también se ahonda en la atmósfera que invade los mundos habitados por fotógrafos de moda, modelos, banqueros, amas de casa y colegialas, todos aquejados por la vulnerabilidad y la desubicación, a pesar del bienestar económico en el que han crecido o han acabado instalándose.
El laberinto de la identidad, tal como se presenta en la sociedad contemporánea, es el terreno del que nacen estas historias, así como probablemente toda la singular obra de la audaz y elegante escritora que es Jennifer Egan.
«Cada relato ofrece personajes creíbles, arco narrativo, resolución: un conjunto de elementos muy agradables que se han vuelto imprecisos en la ficción moderna. Egan es una escritora generosa, dotada y fascinante.» Booklist
«Una escritora de una ambición y una habilidad admirables.» Publisher’s Weekly
«Los escritores de ficción son entendidos en recuerdos […]. Jennifer Egan, escritora de sencilla elegancia, no es una excepción, y resulta evidente que tiene una aguda memoria de la adolescencia, ese tiempo inestable de entusiasmo y miedo, vulnerabilidad y convicción. […] Relatos cortos modulados con audacia, cuentos de desubicación y momentos en que centellea la autenticidad.» New York Times Book Review
«Una recopilación sin fisuras […] muestra un don para una prosa fresca, limpia, cautivadora. Jennifer Egan conoce bien la vida moderna, como demuestra en esta brillante recopilación.» People
«Conmovedora exactitud […], tranquila pero perturbadora […]. [Egan] refleja hábilmente la forma en que se pueden crear personajes detallados hasta la sofisticación basándose en observaciones casuales.» Time
PÁGINAS DEL LIBRO
¿Por qué China?
Era él, no había duda. El mismo tipo. Lo vi de lejos y algo, la forma de su cabeza, o tal vez de la barbilla, me revolvió el estómago antes incluso de darme cuenta de quién era. Me acerqué a él esquivando a las acupuntoras, a los fitoterapeutas que aplicaban cataplasmas de color mostaza sobre las heridas sangrantes y a las vendedoras de aquellos zapatos de plataforma y pantalones acampanados de poliéster que, misteriosamente, llevaba todo el mundo en Kunming. Temía que fuera a reconocerme, pero entonces caí en la cuenta de que cuando me había estafado, hacía dos años, yo todavía no llevaba barba y que -según mis amigos de antes, que al verme se quedaban pasmados sin excepción- esta había transformado por completo mi fisonomía; para mejor, esperaba oír cada vez.
Éramos los dos únicos occidentales en aquel mercado al aire libre, que se encontraba a un largo trayecto en bici desde mi hotel y cuya sordidez no conseguía identificar con claridad. El tipo me vio acercarme.
-Eh -dijo.
-Hola -le respondí.
Era él, desde luego. Siempre me fijo en los ojos de la gente y los suyos eran de un gris verdoso muy peculiar, brillantes y con unas pestañas largas, como las de los niños. Cuando lo conocí vestía traje y llevaba coleta, la imagen que en aquella época identificaba a los inversores cañeros. Bastaba un vistazo para imaginar la vida que llevaba: un Jeep Wrangler, unos esquís nuevecitos y una incipiente colección artística que, si hubiera tenido cojones para aventurarse más allá de Fischi, Schnabel y Basquiat, tal vez habría incluido alguna pieza de mi mujer. Era el tipo de neoyorquino ante el que los de San Francisco solemos quedar vagamente impresionados. Ahora llevaba el pelo corto y con trasquilones, y vestía una especie de chaqueta de punto.