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Ficha técnica

Título: Aragón es nuestro Ohio. Así votan los españoles. | Autor:  Equipo Piedras de Papel | Editorial: Malpaso | Formato: Tapa dura | Tamaño: 14x21cm | Páginas: 280 | ISBN 9788494174926 | Precio: 16,50 euros (incluye ebook)

Aragón es nuestro Ohiao. Así votan los españoles

El libro de la semana

MALPASO

Este libro no trata (sólo) de Aragón. Su título alude a la fascinante idiosincrasia de Aragón en el panorama nacional: en todas las elecciones hasta la fecha, quien gana Aragón, gana España (igual que ocurre en los Estados Unidos con Ohio). Estamos en un momento político apasionante, en mitad de un cataclismo electoral que está poniendo patas arriba el sistema de partidos que se consolidó durante la Transición; pero para valorar este cambio resulta imprescindible contar con un buen análisis de las características de los votantes de nuestro país. Sin embargo, la mayor parte de la información que recibimos con respecto a esta cuestión llega cargada de mitos, sesgada o demasiado orientada a polemizar con respecto a la actual ley electoral.

Aragón es nuestro Ohio explica los mecanismos del voto en España y desmonta mitos que hemos aceptado durante décadas. La importancia relativa del programa electoral, la influencia real de los medios, la distribución geográfica de las mayorías o la futbolización de la vida pública son algunos de los temas sobre los que este ensayo arroja una luz urgente. Luz necesaria para iluminar las sombrías incertidumbres que se avecinan. Entender por qué votamos lo que votamos nos ayudará a saber por qué estamos donde estamos. Y a reflexionar sobre el lugar adonde vamos.

 

Introducción
Aragón es nuestro Ohio

Imagínense un condado perdido en mitad de la llanura, un lugar donde nunca pasa nada salvo cuando el mismísimo candidato a la presidencia del país llama a la puerta de los vecinos para pedirles sus votos. Eso es lo que ocurre cada cuatro años en Ohio (Estados Unidos), un estado sin un color político definido porque, como en Florida o Pensilvania, ninguno de los dos grandes partidos cuenta con una mayoría clara de votos. Se los llama swing states [estados balancín] porque la competición electoral es intensa y la enorme igualdad entre los dos principales partidos hace que la victoria pueda caer de uno u otro lado por un estrecho margen de votos. Ocurre además que, desde las presidenciales de 1964, el candidato que vence en Ohio acaba siendo el presidente de Estados Unidos. Quien gana Ohio gana la presidencia. Por eso, durante la campaña electoral, los ciudadanos de ese territorio pueden afirmar (sin caer en el tópico ni en el ridículo) que el mundo «está observándolos», atento a los movimientos de los lugareños que votan en el polideportivo municipal de una población con apenas diez mil habitantes. Eso dijo el vicegobernador del estado durante las presidenciales de 2012.

Pueden parecer pretenciosos pero si se tienen en cuenta los millones de dólares que demócratas y republicanos invierten allí durante la campaña, la importancia que se atribuyen no es exagerada. Salvando las distancias, en España tenemos nuestro particular Ohio: se trata de Aragón. Es cierto que nuestro sistema electoral no da el peso desproporcionado que da el estadounidense a lo que sucede en determinados distritos. Los políticos se obsesionan menos por lo que allí ocurre porque en la práctica es menos decisivo para el resultado final. Pero, desde un punto de vista sociológico, sí podemos decir que, como Ohio, Aragón ha sido un excelente termómetro político del país en nuestra corta historia democrática. Los habitantes de esta comunidad autónoma están muy centrados en el eje ideológico y allí han vencido tanto candidatos del PSOE como del PP, lo que le confiere la condición de región swing a la española.

Lo interesante es que, al igual que en Ohio, quien gana en Aragón, gana en España. El partido vencedor en las provincias de Teruel, Zaragoza y Huesca en las elecciones generales siempre ha coincidido con el partido vencedor a nivel nacional: la UCD en 1977 y 1979, el PSOE de 1982 a 1993, el PP de 1996 a 2000, el PSOE del 2004 al 2008 y el PP en 2011. Al observar su sistema de partidos y la configuración del sistema electoral en sus provincias, advertimos que Aragón es también un reflejo de lo que pasa en el conjunto de España. Por un lado, las Cortes aragonesas son un reflejo de la pluralidad tanto en el plano ideológico como en el territorial del resto del país. Además de los tradicionales partidos de ámbito estatal (PP, PSOE, Izquierda Unida Podemos y Ciudadanos desde 2015), cuenta con dos partidos que hacen del tema territorial su bandera: un partido regional de centro-derecha (Partido Aragonés) y uno nacionalista de izquierdas (Chunta Aragonesista), que no son ni tan fuertes como en Cataluña, Canarias o el País Vasco, ni tan débiles como lo son en Murcia, Extremadura o Madrid. Por otro lado, sus tres circunscripciones electorales combinan una grande, donde terceros partidos podrían entrar en el reparto de escaños, y dos circunscripciones pequeñas donde, hasta ahora, sólo podían ganar representación el PP y el PSOE. En definitiva, Aragón es un microcosmos del universo nacional. Una España en pequeñito.

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El libro de la semana

Calor de Bill Bulford (Anagrama, 2007)  Los ensayos de Michel de Montaign (Acantilado, 2007)  Vida y destino de Vasili Grossman (Galaxia Gutemberg, 2007)  

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