Jorge Eduardo Benavides
En la gran mayoría de los textos recibidos durante esta intensa semana (ya no parece un taller sino una manifestación) hemos observado -con una mezcla de aprehensión y curiosidad- cierto temor al uso del libre directo: sólo una línea en este estilo narrativo y listo, casi por cumplir, apenas un pie en el agua fría de la consigna y ya está mamá, ya me duché… Y no es eso. Quizá haya cierto temor a hacerlo mal o cierto fatalismo que nos obliga a cumplir resignadamente con estas vainas del profe, caramba, pero déjenme decirles que mientras más practiquen estos discursos mayor utilidad le encontrarán, más ductilidad tendrán los textos que vamos corrigiendo hasta que por fin ya está, si era tan fácil, cómo no me di cuenta, cómo no nos dimos, que dirán ustedes. Y otra cosa no menos importante: No se olviden de ciertos aspectos que ya hemos visto y que deberían tener más que asumidos: el uso de los guiones largos y las tabulaciones de cada inicio de párrafo. No presentar el texto en bandera sino justificado, no usar los espacios en blanco sin motivo (sólo sirven para separar episodios), intentar usar tipos legibles, de preferencia serif (Garamond, Times, Palatino), ay, ay, ay. Vamos a empezar a pedir textos impecables, casi listos para su publicación y nada de textos hechos un pelín a la carrera, porque ahí es precisamente donde se nota el oficio: escribir con precisión ayuda a pensar con precisión (Albalat, dixit) Buen fin de semana!